Los siguientes en jurar sus nuevos status fueron mis tres hermanos mayores. Hunter, Sikio y Morani se convirtieron en mis guardaespaldas. Mis hombres fuertes para cuando nos tocara quedarnos al frente de todo.
De repente me vi inmerso en labores diplomáticas bastante aburridas mientras que mis hermanos iban aprendiendo el oficio de mis tíos Skorro, Rasta y El Guapo.
—Ya sé que todo esto es un coñazo, Scarface. Sin embargo, como ya te expliqué hace varias semanas, la buena marcha de nuestro territorio pasa por mantener alianzas. Shaka y T hacen una labor muy valiosa en el norte teniendo a raya toda amenaza para la coalición. Ellos son la primera línea defensiva. Pero, no todo es guerra abierta, Scarface. Hay cosas que se solucionan con la diplomacia.
—De ahí que tengamos que visitar a las demás tribus ¿no?
—Sí, chico. Eso es algo primordial. Llevan mucho tiempo conociendo la cara del actual líder, pero...
—Lo sé, padre. Algún día tú te irás.
Mi padre me sonrió con melancolía. No dijo nada más. Tampoco quise seguir hablando del tema.
Me había acogido siendo muy joven y se había convertido en una segunda figura paterna, en mi apoyo más férreo. Pensar en que podía perderlo en cualquier momento me daba una terrible sensación de ansiedad con la que no era capaz de lidiar.
Aquel era mi primer viaje fuera del territorio de Sabi Sands. Me sentía muy impaciente por ver todo cuanto el mundo tenía para ofrecer.
—¿Habéis llegado bien? —Quiso saber mi madre cuando hice la videollamada.
—Sí, nos estamos instalando. Van a hacer una recepción en la embajada de Sabi Sands en nuestro honor. Ya sabes... Todo el coñazo de la etiqueta y el protocolo.
Ella se echó a reír. Tampoco era muy amiga de las formalidades, pero era un requisito necesario.
La embajada era enorme. Con brillantes suelos de mármol. Frondosas alfombras. Tapices y cuadros de diferentes partes del mundo. Grandes lámparas de araña con filos dorados. Aunque era la residencia oficial de nuestro embajador, no dejaba de parecer un museo.
La recepción se llevó a cabo en el gran salón que mostraba algunas pinturas de las zonas más hermosas y fértiles de Sabi Sands. Presidía la amplia estancia un gran cuadro de mis padres.
Durante varias horas estuve inmerso en diferentes pláticas, algunas realmente aburridas. Diplomáticos, políticos, grandes empresarios, deportistas, actores y actrices, cantantes, modelos, escritores, militares. Diversas muestras de las diferentes culturas... Todos un auténtico coñazo. Si algo tenían en común era lo enamorados de sí mismos que estaban.
Cuando estaba a punto de transformarme para darle algo más de diversión a la noche decidí disculparme para ir a tomar el aire. Mi padre respiró hondo sabiendo que aquello era insufrible. Sinceramente, prefería que una jauría de perros salvajes me devorara vivo.
Cerré mi ojo "sano" e intenté ver algo con el "malo". Funcionaba cada vez peor. Ya solo era capaz de distinguir sombras tenues si el objeto se encontraba prácticamente delante de mí. Era cuestión de tiempo que me quedara completamente ciego por ese ojo.
La sola idea me cabreaba bastante. Recordar que la herida la recibí defendiendo a mi padre me hacía, de algún modo, sentir mejor.
—¿Quiere...? ¡AHHH!
La luz exterior, que se activaba con el movimiento, se encendió a plena potencia cuando apresé a la persona que creí un atacante.
—Lo siento, señor Mapogo. Yo solo... ¿Se le ofrece algo, alteza?
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Scarface: El último Mapogo (+18)
AdventureAlexander "Scarface" Mapogo es el último descendiente del gran rey Makhulu. Scar hereda un vasto territorio en el que conviven en paz diferentes tribus humanas y de cambiaformas. El valiente y díscolo metamorfo deberá encontrar a su reina o reinas p...