Alexander "Scarface" Mapogo es el último descendiente del gran rey Makhulu. Scar hereda un vasto territorio en el que conviven en paz diferentes tribus humanas y de cambiaformas. El valiente y díscolo metamorfo deberá encontrar a su reina o reinas p...
Los documentales de Nat Geo fueron mi seguro ventanal a la naturaleza y a los grandes felinos. Hoy se pone el grito en el cielo por los zoos sin saber que cumplen una función de conservación muy valiosa. A todos nos gusta pensar en esos majestuosos animales en la libertad que tanto se merecen. Fueron muchas las horas que pasaba delante de la tele emocionándome con aquellos "enormes gatos" corriendo detrás de impalas, gacelas, ñus o cebras.
Muchas horas de enfrentamientos entre hienas y leones disputando territorios. Peleando a muerte por la comida... Muchas horas viendo con emoción a aquellos grandes felinos cazando juntos (para disgusto de los "Veggies") animales tan grandes como jirafas, hipopótamos, rinocerontes, elefantes o búfalos. Naturaleza en vivo tan diferente del zoo. Me maravillaba verles en acción. A ellas, las matriarcas, con toda aquella musculatura marcándose bajo sus hermosas pieles doradas. Miraba con la boca abierta a aquellas poderosas hembras matando animales más grandes que ellas para alimentar a sus familias. Pero, lo que sin duda me enloquecía era cuando entraban en escena los machos con sus frondosas melenas al viento listos para aportar esa fuerza bruta que a veces era necesaria para doblegar a la presa.
Claro que me apenaba que muriera un animal, pero así es la naturaleza. Unos mueren para que otros sobrevivan.
Los leones fueron mi primera gran pasión. Desplazada mientras crecía por las motos, los videojuegos o los deportes extremos.
Con los años me reencontré con los leones después de ver el impresionante vídeo (en la cabecera) de un viejo rey al límite de sus fuerzas. Un rey que exhalaba por última vez en compañía de los rangers, sin turistas que lo fotografiaran, ni hienas que lo molestaran. Un rey de aspecto esquelético, antaño aguerrido y majestuoso, que decía adiós al mundo que lo había visto nacer hacía catorce años. Catorce años para un león es mucho si se tiene en cuenta todos los peligros a los que se enfrenta. Desde búfalos o babuinos que matan a las crías para evitar potenciales ataques en el futuro, a hienas, otros leones y a los humanos.
Scarface, de la coalición Mosqueteros, era el león que aparecía en aquel vídeo. El mayor de ellos. Sus otros hermanos fueron Morani y los gemelos Hunter y Sikio. De aquella coalición Hunter fue el primero en morir debido a las heridas sufridas por las imnumerables batallas. Sikio y Morani fueron el apoyo del gran rey león tuerto. Entre los tres protegieron su territorio y las manadas que controlaron. Fueron grandes padres cuyos hijos todavía están entre nosotros. El segundo en morir fue Sikio, protegiendo a los suyos. Quedaron entonces, Morani y Scarface.
En junio de este año y presintiendo su final, Scarface se separó de Morani. Viajó veinticinco kilómetros hasta el lugar donde habían nacido los cuatro reyes y allí murió. Tenía catorce años. Morani, el superviviente y único Mosquetero que queda en pie ahora tiene la edad de Scarface. Su salud es muy buena, está robusto y continúa cazando sin ayuda de nadie. El cuerpo de Scarface fue testigo de sus muchas batallas. Se ganó la llamativa cicatriz que le valió su nombre cuando era joven, unos dos años, peleando contra un macho ya adulto contra el que mostró su valor. Su cadera derecha también se vio afectada y le pasó factura en los últimos años de su vida reduciendo su movilidad, con todo y con eso fue capaz de caminar los veinticinco kilómetros que lo separaban de su lugar de nacimiento. Un problema dental le impidió alimentarse y propició el declive del gran rey. El extraordinario león, así como sus hermanos, ya forma parte de las grandes leyendas del Masai.
Frente a ellos, y anteriores, nos encontramos con los letales Mapogo. No existen lazos de sangre entre Mosqueteros y Mapogo. Son dos coaliciones diferentes, que por fortuna, no habitaron el mismo lugar al mismo tiempo.
Makhulu fue el mayor de aquella coalición. Medio hermano de Dreadloks, Pretty Boy, Rasta, Kinky Tail (Shaka) y Mr T (Satan). Se unió a la manada (Orgullo o Pride) Sparta cuando tenía unos dieciocho meses. Su temperamento tranquilo le aseguró un puesto.
Él, junto con sus medio hermanos, fueron expulsados cuando alcanzaron la edad para reproducirse. Se les empezó a conocer como los Mapogo por la forma en que se coordinaban para trabajar. Makhulu fue el líder, pero Mr T, el más joven de todos solía disputarle el liderato siempre que podía.
Esta coalición que habitaba en la reserva de caza de Sabi Sands (África) llevó la letalidad de los felinos a otro nivel. En el primer año mientras ascendían al poder acabaron con más de cien leones (contando con hembras y cachorros). También fueron responsables del fuerte declive de las poblaciones de hiena. Rasta las odiaba a muerte.
Fueron leones muy agresivos comandados por uno bastante inteligente, que inscribieron sus respectivos nombres en la historia felina. Kinky Tail fue el primero en morir a manos de los Majingilanes al inicio de su madurez, unos ocho años. Mr T lo haría dos años después por los Selati. Pretty Boy y Rasta se fueron a patrullar una noche y solo volvió Pretty Boy. Se presume que los gemelos se encontraron con otra coalición que acabó con la vida de Rasta. De los tres Mapogo restantes (Makhulu, Dreadloks y Pretty Boy) Big Mak fue el último en morir. Dreadloks desapareció sin dejar rastro, unos dicen que peleando con leones más jóvenes y que su cuerpo fue devorado por hienas y perros salvajes. Los amantes de la conspiración dicen en cambio que fue asesinado por los Masai y que la piel está colgada en el poblado (nunca hubo constancia de ello). Pretty Boy se mantuvo fiel a Makhulu hasta su muerte por tuberculosis bovina contraída tras alimentarse de un búfalo enfermo.
Estas fueron las dos coaliciones que me inspiraron esta novela.
