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La luz de la mañana era más fuerte en aquella habitación. Tanto que tenía que mirar por entre mis pestañas para no deslumbrarme. Morani salía de su cuarto de baño. Alex se estaba poniendo los zapatos.

—Deja que duerma un rato más, Scar. El embarazo es muy exigente y le consume muchas energías.

—Seguro que hemos sido el "embarazo"— bromeó mi rey principal señalándose entre ellos para enfatizar. 

     Lo miré, "dormida", mientras se acercaba y depositaba un beso en mi frente. Morani le imitó.

—¿Qué tenemos para hoy? —Preguntó entrando en modo trabajo.

—Avisa a madre y que examinen a Lulú. Hay que asegurarse de que el embarazo va bien y si también has plantado la "semillita"— Morani sonrió y yo me quise morir—. Me voy a dar una ducha. Vosotros id directamente a la sala de reuniones. Padre y los tíos nos esperan. Una vez allí decidiremos cómo acabar con la amenaza.

—Ya sabes lo que pienso al respecto, Scar— Morani apoyó su enorme mano en el fuerte hombro de su hermano menor y lo miró a los ojos.

—No es necesario que vengas conmigo al infierno. Yo moriré protegiéndoos.

—Recuerda que ya no solo eres un guerrero. Ahora eres marido y vas a ser padre.

—Los dos, Morani.

—No hagamos esperar a los viejos, no sea que nos lleven a patadas a la reunión.

     Los hermanos se echaron a reír y se despidieron con aquel gesto tan íntimo, que tanto me gustaba, entre ellos.



—El secreto de la supervivencia de nuestro pride pasa porque tengamos cachorros— explicaba Kiara mientras desayunaba con mis hermanas y demás leonas—. Un único guerrero puede defendernos durante un tiempo. Si un día aparece una coalición, todos podemos darnos por muertos, incluidos los cachorros. Aquellas de nosotras que decidan someterse tendrán que darles hijos a los nuevos protectores. El éxito de esa empresa depende del número de leones que nos puedan fertilizar. De ahí que nos apareemos con los que están al mando y puede ocurrir con total seguridad que tengamos cachorros de ambos que ellos nos ayudaran a criar en el futuro.

—Ayer... Morani y yo...

     Kiara sonrió y me abrazó.

—Si has producido estando embarazada otro óvulo seguramente le harás padre también. Así funcionamos. Si has terminado deberíamos ir a que te examinen. Y a ti, Summer. Winter, Autumn vosotras también venís... Me han contado lo de Hunter— las otras dos se ruborizaron y yo me eché a reír.

      La ginecóloga nos examinó y confirmó nuestros embarazos. Como aún era pronto para saber si también lo estaba de Morani me dio cita para dentro de un par de días... ¡Días! Y es que al parecer el embarazo de una cambiaformas, así como el de una felina, no se acerca, ni de coña, a los nueve meses que dura uno humano. Nos despedimos con las correspondientes indicaciones y nos fuimos a descansar. Estaba agotada. El personal ya se estaba encargando de la futura habitación de los pequeños, la ropa y todo lo demás.



Alexander:

Mis consejeros ya aguardaban en la sala de juntas. Ambos se pusieron en pie y me saludaron con una reverencia. Se me hizo raro, pero así eran las cosas ahora. Yo estaba al mando. El último Mapogo y el primer Mosquetero.

—Esperaremos a que vengan mis hermanos. Éste asunto nos atañe a todos.

    Sikio fue el primero en aparecer. Se veía que había pasado la noche en vela. Sonreímos con sorna.

Scarface: El último Mapogo (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora