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Lullaby:
    
Todavía me estaba reponiendo del alocado juego con Alex y sus hermanos cuando me di cuenta de la enorme polvareda que venía en nuestra dirección igual que una gran manada de búfalos de agua. Los chicos ya estaban vestidos... bueno, volvían a ser humanos y llevaban pantalones. Así que corrí a vestirme para evitar escenas incómodas.

     El enorme convoy se detuvo cuando yo terminaba de subir la cremallera de las malditas botas más incómodas del universo universal para ir de paseo por un lugar tan agreste como aquel. ¡Cómo las odiaba! ¡¡¡Pero, es que me hacían unas piernas mega ideales de la muerte!!!

     Alexander y sus hermanos se acercaron a su padre, el rey Makhulu y a los tíos, que eran algo así como la guardia personal del regente.

     Yo me quedé en un discreto segundo plano sin saber siquiera si se me permitía estar allí. No tenía ni idea de qué iba aquello.

     Desde la parte norte de la gran laguna llegó otro convoy. Un hombre de aspecto muy intimidante descendió de uno de los vehículos y se dirigió hacia donde estaban los otros. Llevaba un llamativo mohawk. Clavó su profunda mirada verde casi amarilla en mí y siguió su camino con paso elegante.

     Nunca había sentido tanto miedo.

—Es Terence— habló la reina Kiara a mi lado—. Es el hermano menor de mi marido.

—No me gustaría estar a solas en un cuarto con él.

     La reina y las demás mujeres se echaron a reír con ganas.

—Terence es como un gatito doméstico— dijo una de ellas.

     Volví a mirar al recién llegado y negué con la cabeza. Daba terror.


 Daba terror

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Alexander:

Me abracé a mi tío T nada más verlo. Él me lo devolvió con mucho cariño. Frotamos las frentes y continuamos la conversación.

—Se empiezan a escuchar cosas muy preocupantes— retomó mi tío Skorro el hilo de lo que decía—. La semana pasada desapareció Lolparpit del Doble Crossing Pride.

—Ese cabrón ya es muy viejo y se pierde buscándose la polla— bromeó T. Sonreí. Echaba de menos su humor tan particular—. Ya tengo a Shaka investigando junto a mis mejores hombres. Estamos en contacto con Olbarnoti. Informará si hay novedades.

      Tal vez fuera cierto que Lolparpit era ya muy viejo. No obstante era muy raro que alguien se enfrentara a un hombre de unos ciento veinte años, que sobrepasaba los quince años felinos, y que no tuviera pelotas de vencerlo. Lolparpit era ya un anciano, no obstante, era un guerrero formidable.

      El más joven de mis tíos levantó la cara y aspiró profundamente.

—Tenemos gatita nueva.

Scarface: El último Mapogo (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora