23: Sorpresa inesperada.

53.5K 2.6K 94
                                    

Mariza  durmió toda la noche, pero él no pego ojo en toda la noche.  Él día siguiente ella se  paso  la mañana durmiendo por lo medicamento, en los momentos que despertaba solo lloraba  desorientada.

Salvatore se mantuvo a su lado, hacía todo lo posible por consolarla. Le dolía verla así, cada vez que veía su rostro lleno de lágrimas su corazón gritaba de dolor, tenía que hacer un gran esfuerzo para no dar rienda suelta a todo el dolor que estaba sintiendo.

Al llegar la tarde Mariza  despertó  por completo y se hecho  a llorar en silencio, al enfrentar la realidad. En sus sueños tenía a su bebé en brazos, en sus sueños su esposo la amaba y juntos sonreían felices al tener a su bebé en brazos. Pero aquello solo era un sueño.

Sintió unos brazos  que la rodearon, estaba tan triste para pelear con él. Solo quería a su bebé de regreso.

-Por favor devuélvemelo, quiero mi bebé ,Salvatore.Ayudame- zolloso aún sabían que por más poder que él tuviera era imposible que le devolviera a su bebé.

Pero Mariza no pensaba lo que decía, sentía tanto dolor,  solo pensaba en su bebé , en que nunca lo vería, había hecho tanto planes y ahora no le quedaba nada.

 
Él la acariciaba y le consolaba con delicadeza. Si solo ella hubiera visto el rostro de aquel hombre que le consolaba, se hubiera dado cuenta de que él necesitaba ser consolado tanto como ella. 

Salvatore había amando a su hijo. Pensó en lo emocionado que había estado día antes porque iban a conocer el sexo del bebé. Ya había hecho planes para la decoración de la habitación del bebé y ahora todo se había derrumbado.  

Su rostro reflejaba tanto dolor, que cuando el padre Mariza abrió la puerta al verlo se quedo abatido. Salió en silencio. De algo estaba seguro y era de que aquel hombre estaba sufriendo en carne propia la perdida del bebé.

-Tenemos que hablar, pero  primero  debes  recuperarte- le dijo él, tiempo después cuando logró hablar.

-No estoy enferma, estoy destroza por la muerte  de mi hijo -dijo lleno de dolor, alejándose  de él.

-También era mi hijo- dijo con tristeza.

Mariza  estaba  centrada en su dolor, no le importaba nadie más Además el último lazo que lo había unido se había roto.

 
- No pienso seguir con esta falsa de matrimonio. Quiero el divorcio. Al fin de cuentas ya no hay bebé- al pronunciar las últimas palabras, las lágrimas rodaron por su mejilla.

-Sabes que te amo. No puedo darte el divorcio. Estás alterada, por favor no digas eso- le imploro- Juntos vamos a salir adelante- él trato de ser comprensivo, todo aquello era difícil.

Ella lo miro con odio. Sabía que él estaba mintiendo, solo decía eso por pena. Ella recordaba como le había mirado aquel día, le había creído a su familia.

Revivió todo lo que había pasado y no pudo contenerse.

-Como puedes ser tan cruel, eres un mentiroso. Quiero que te vallas. No soporto verte. Te odio, todo esto es tu culpa. Nunca me quisiste, nunca confiaste en mí-le gritó alterada.

Mariza estaba en un estado inconsolable.

Quizás aquello era su culpa, le había tratado mal en un principio y había creído las mentiras de su hermana. Si había un culpable ese era él, pensó destrozado.

Al verla tan alterada, decidió salir para no alterarla más.

Por primera vez se sentía, sin esperanza. Ella no soportaba ni verlo y lo peor era que no sabía porque. No sabía porque sus acusaciones. Hasta hace poco todo había marchado tan bien.

Boda por obligación. (4- Serie magnates apasionados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora