27: Visita no deseada.

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-Ya llegamos hermosa.

Mariza abrió los ojos y se sentó bien al ver la maravillosa vista delante de ella.

Era un día soleado, muy poco común en aquellos días en los que se acercaba la navidad era cuestión de semanas para que esta llegara. Sonrío al recordar algo que había descubierto de su esposo, era poco común en los hombres, pero a Salvatore le encantaban las decoraciones de navidad, este le había comentado que quería que la casa estuviera completamente decorada al llegar la fecha navideña. Había un sin número de objetos que necesitarían para llevar a cabo dicha decoración.

Ella lo había escuchado sonriendo maravillada, aquel hombre era uno en un millón.

Tomo la mano que le ofrecía y con su ayuda salió del auto.

- ¿Qué te parece? - pregunto él.

-Es más hermosa en persona.

Al entrar casi salto de alegría. Lo abrazo emocionada

-No puedo describir cuánto me gusta.

Habían seleccionado los muebles y todo lo relacionado de la decoración de la casa de forma virtual, la diseñadora que Salvatore había contratado, solo se había encargado de poner cada cosa en su lugar según ellos se lo habían pedido.

Salvatore la guío al segundo nivel donde estaban las habitaciones.

Abrió la puerta de la habitación principal y ella entro.

Decorada en tonos claros, la gran cama en el centro de la habitación tenía un hermoso juego de sabana de color azul. Cada mueble de la habitación había sido elegido por ellos también.

Mariza se acercó al ventanal de cristal, al lado de este una puerta de cristal daba acceso  a  un pequeño barco. Él cuál daba una vista completa del gran jardín y la piscina. Pero como si aquello fuera poco a algunos metros de distancia se podía ver las brillantes aguas del mar.

No paso mucho tiempo cuando sintió unos brazos que la envolvían.

-Por tu expresión deduzco que te ha gustado- le escuchó decir a él.

-Gustar es poco. Me encanta.

-Mas tarde te enseñaré otras partes de la casa. Pero por el momento vamos a almorzar, ya la mesa esta lista.

- ¿Quién se ha encargado de todo? - pregunto no había visto a ningún empleado allí.

-Pensé que sería buena idea, contratar algunos empleados. Vamos te lo presentaré.

Cuando llegaron al primer nivel, apenas entró al salón se emocionó, no solo estaba Thomas allí, si no todas aquellas personas que le habían tratado bien, las únicas que se habían mostrado amable con ella cuando había vivido en la casa de la familia de Salvatore.

Se alegro mucho de verlos y se lo hizo saber.

Le habían preparado una mesa, en el jardín. El día era esplendido. Pronto llegaría la navidad y con ella el frío. Aunque no se quejaba, adoraba cuando su esposo la estrechaba en sus brazos.

-Dispara-dijo él con una sonrisa traviesa.

- ¿Quién dice que quiero decir algo? - dijo mirándolo con adoración.

Él arqueó una ceja y la miro burlón.

-Se nota. Y ya sé lo que vas a decir.

- ¿Así?

-Si, te estás preguntando porque todos los empleados de la mansión están aquí.

-Cierto, es extraño.

Boda por obligación. (4- Serie magnates apasionados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora