26:Secreto revelado.

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En la intimidad de aquella habitación, reposaba una pareja. El hombre rodeaba con sus brazos a la mujer y está acurrucada en su pecho dormía plácidamente como si aquel fuera el lugar más cómodo y seguro del mundo.

Ambos dormían tranquilos. Atrás había quedado la angustia, la desesperación y la añoranza.

Salvatore fue el primero en despertar horas después. Ya la noche había caído. Atrás vez de la venta de cristal vio la oscuridad que rodeaba todo. Pero él tenía allí su luz, aquella que iluminaba todo su mundo, su esposa.

Quería preguntarle qué había pasado con el otro bebé, pero no quería remover momentos tan dolosos.

Se alejo de ella y con cuidado salió de la cama. La fiebre había bajado y sentía renovado. Asumía que el mal estado de salud, se había debido al estrés y a la desesperación, así como la mala alimentación y la malas noche sin dormir. Todo eso le había pasado factura.

Después de tomar una ducha, tomo unos vaqueros y se lo colocó. Le dejo un mensaje a Gino para que esté se pusiera en contacto con el doctor de la clínica que había atendido a su esposa. Quería un informe detallado de todo lo sucedido.

En aquel momento recordó vagamente que el doctor había tratado de decirle algo, pero él no había hecho caso al ver a su esposa llorar de dolor.

Salvatore se encargó de pedir cena en un restaurante.

Los padres de Mariza llegaron minutos después. Le había pedido a Gino que le comunicará su invitación.

Mariza aún dormía, cuando se reunió con estos en el acogedor ambiente de la terraza. Hacía un poco de frío por lo cual opto por ponerse un polo de mangas largas y un abrigo negro.

-Gracias por aceptar mi invitación.

-Gracias a usted, por la hospitalidad- dijo el padre de Mariza, el cuál había aceptado alojarse en una cabaña cerca de allí. Le había agradecido a su amigo por la hospitalidad, pero sabía que ya no podía seguir en su casa. Ya habían pasado mucho tiempo allí. La invitación de Salvatore había sido de ayuda. Pero lo que más le había alegrado era que su hija estaba feliz.

-Me quiero disculpar por todo lo que dijimos- dijo el padre de la joven.

-Eso quedo en el pasado. Lo que importa es el presente. Quería hablar con ustedes a solas, para aclarar el malentendido.

-Ya sabemos lo que sucedió. Y me alegra que todo se haya solucionado- dijo la madre de Mariza.

-Así es, no fue algo honrado lo que hicimos, pero ella es nuestra hija y estaba tan tristes, que cuando nos pidió que la sacáramos de allí no pudimos negarnos. No supimos lo del bebé hasta que llegamos aquí- está vez hablo el padre.

-Fue una grata sorpresa, eso le ánimo a ella. Mi pobre niña solo lloraba sin cesar.

Salvatore se sintió triste, pero era algo que ya sabía. estaba allí con ella y justo iban a superar aquella tragedia.

-No los culpó, son sus padres y un padre haría lo que fuera por ayudar y ver feliz a un hijo. Gracias por estar allí para ella. Pero ahora todo está solucionado, ella regresará conmigo a casa. Desde luego ustedes son más que bienvenidos.

Mariza despertó sola en la cama y le extraño no ver a su esposo.

Se cepillo los dientes con un cepillo nuevo que encontró en el baño. Luego tomo una ducha caliente.

Se coloco un vestido limpio y salió de la habitación. Supo dónde se encontraba Salvatore al escuchar su voz, también identifico las voces de sus padres.

Boda por obligación. (4- Serie magnates apasionados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora