A través de la ventana de cristal Mariza miró con tristeza el cielo estaba negro y la lluvias caía con dureza. El día era triste y opaco. Que irónico pensó, aquel día era su boda. El clima pegaba con su estado de ánimo. Estaba sombría y fría en su interior.
La iglesia estaba bien decorada, una alfombra blanca cubierta de pétalos rojo, marcaba el corto pasillo que debía recorre para llegar junto a su futuro esposo. Hubiera sido la boda perfecta si hubiera sido real. Si no hubiera sido una falsa, sí él le hubiera amado.
Todos los invitados estaban en sus respectivos lugares, la mayoría familia de Salvatore Lombardi. Ella por su parte solo había invitado a sus padres y a su mejor amigo Lee.
Todo su cuerpo temblaba, estaba nerviosa, pues sabía lo que le esperaba al lado de aquel hombre, noches frías y disgusto. Pero a cambio su hijo tendría lo mejor. Tanto ella como sus padres eran personas pobres y un niño exigía más que dedicación y amor. Así que no había tenido de otra que aceptar casarse con él. A demás este no le había puesto las cosas fáciles.
Salvatore era un magnate italiano. Parecía un modelo de portada. Míresele por donde se le mirara era un hombre elegante y guapo.
No solo su gran fortuna era una atracción para las mujeres, el hombre era un adonis y sabía cómo convencer a una mujer.
Poseedor de unos ojos oscuros hermosos, una boca carnosa y un cuerpo escultural era un peligro andante para cualquier mujer. Y lamentablemente ella no había podido resistirse a tanta perfección. Había sido una tonta por creer que él la amaba. Después de cansarse de ella, le había mandado a volar sin ninguna clase de delicadeza.
Un regalo costos y un final infeliz, era todo lo que se obtenía una vez él se cansaba de una mujer.
Cuando llego a su lado, la tomo de la mano y la miró con frialdad.
- No te obligue a hace esto- dijo, mirándolo fijamente. Era un hombre intimidante, pero tenía que ser fuerte para sobrevivir con aquel lobo.
-Ni yo, recuerda puedes irte cuando Nazca la criatura-dijo con frialdad.
-Ni siquiera lo quieres y jama te dejaría mi hijo-objeto.
-Es un Lombardi, vivirá como corresponde.
Su discusión discreta se vio interrumpida, cuando el sacerdote inicio la ceremonia.
Pero aquella boda era solo una falsa. Él solo le había propuesto matrimonio o más bien le había obligado a casarse con él por el bebé que venía en caminó. No era una verdadera boda. Solo lo era en apariencia.
Salvatore observó a su esposa, la cual se encontraba sentada en una silla, lejos de él. La ceremonia había sido breve, ahora disfrutaban de la resección o al menos los invitados lo hacían. Él había estado a punto de partirle la cara a aquel hombre. Cómo se había atrevido a ir a su boda.
Vio la elegante morena que se acercó a su esposo, una de sus muchas ex amantes, algunas daría lo que fuera por regresar con él, en cambio ella jamás le hubiera hablando de nueva no ser porque estaba enferma y embarazada.
Todos parecían pasarla bien, excepto ella, sus padres se habían retirado, al igual que lee.
Había tenido que tomar asiento debido a los mareos. Había pillado un resfriado y este había empeorado. Cuando el médico le había diagnóstico comienzo de neumonía todo se había complicado.
Gracias a las atenciones médicas y a las medicinas pagadas por Salvatore, había mejorado bastante, pero aún no del todo. Pues su presión no permanecía estable.
ESTÁS LEYENDO
Boda por obligación. (4- Serie magnates apasionados)
RomanceAquel magnate se había casado con ella por el bebé. No la amaba y ella lo sabía, la única razón de la boda era por el bien de la criatura que venía en caminó. Pero entonces una gran tragedia paso, una desgracia que amenazaba con arroparlos como una...