Siguiendo las órdenes de su jefe, Gino llevo la joven tan lejos de allí como pudo.
- ¿Adónde me llevas? - pregunto la joven al hombre mayor.
-A un lugar donde aprenderás modales- dijo Gino con firmeza.
Ella lo miro con los ojos bien abiertos. Fugazmente la miro y de no ser porque le conocía, hubiera sentido pena de ella.
Tiempo después estaciono el auto delante de un lugar que no reconoció.
-Baja- le ordenó.
Lo hizo sin protestar, Gino era un hombre fuerte y grande.
Con un suspiro, la tomo del brazo y la guío hasta un pequeño aparte muy humilde.
- ¿Qué es este lugar? ¿Por qué estamos aquí? -pregunto Alicha sin dar crédito a lo que veía.
-Este será tu nuevo hogar.
Sostuvo la joven, antes de que callera al piso.
Maldijo, por no pensar en aquello podía suceder.
Cuando Alicha volvió en sí, se puso en pie rápidamente.
-Me voy ahora mismo de aquí.
-No te lo recomiendo, Salvatore fue muy claro. No busque más problemas con él. Ya bastante daño has causado. Eres una chica minada, egoísta y presumida. Sobre todo, malévola- le acusó Gino el cuál se dejó llevar por sus palabras.
-No soy mala-susurro- no quería que el bebé muriera. Solo quería que esa mujer saliera de nuestra vida, quería que mi hermano volviera hacer como era antes conmigo.
Para sorpresa de Gino, la joven empezó a sollozar. Pero ya sabía lo manipuladora que era así que no creyó en sus lágrimas.
-Basta, deja de fingir. Te dejare las cosas claras a partir de hoy. Vas a vivir aquí, y vas a ir a trabajar en bus. Deberás terminar tus estudios. Y más te vale que no intentes nada en contra de la señora Mariza.
-No le iba hacer nada- gritó.
-No puedes acercarte a ella. Y es mejor que te mantengas alejada del señor Salvatore en estos momentos eres la última persona que él quiere ver.
-Lo sé, me odia- dijo derrotada la joven.
Gino pensó sobre eso, era posible que su jefe creyera que la odiaba, estaba molesto y además ella había sido la culpable de todos sus males. Pero sabía que con el tiempo quizás las cosas pudieran mejorar, pero para eso Alicha debía demostrar que había cambiado. Y esperar que las aguas bravas se apaciguaran.
Salvatore prácticamente había sido su padre. Él recordaba que lo tierna y cariñosa que había sido de pequeña, había empezado a cambiar al crecer. Aunque la culpa no era solo de la joven, había crecido un círculo de la alta sociedad, con una madre que juzgaba a los demás por lo que tenían. Salvatore había estado muy ocupado sacando el negocio familiar hacía delante como para ver los cambios en ella, además había que agregar que con él siempre se había portado de la misma forma, que cuando niña.
Si de algo estaba seguro era que aquella chica, amaba a su hermano y quizás esté pensaba que el peor castigo era despojarla de su estatus social, pero él sabía que en realidad él peor castigo era su despreció.
-El apartamento está equipado, mañana traerán tus cosas. Recuerda si no haces todo lo pautado por tu hermano, te quedaras sin herencia.
Él se dirijo a la puerta y ella lo miro con súplica en sus ojos. Pero Gino no noto aquello.
-No me deja sola- sollozo. Pero ya no había nadie allí, estaba completamente sola
Salvatore paso todo el día con su esposa, después que está se durmiera, salió de la habitación.
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Boda por obligación. (4- Serie magnates apasionados)
RomanceAquel magnate se había casado con ella por el bebé. No la amaba y ella lo sabía, la única razón de la boda era por el bien de la criatura que venía en caminó. Pero entonces una gran tragedia paso, una desgracia que amenazaba con arroparlos como una...