Capitulo 16: Un lugar hermoso

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Al despertarse y darse un buen baño, se fue a su despacho, no tenía apetito, lo único que quería, era hablar con los hombres que estaban en las mazmorras, y que la noche anterior, habían intentado matarles, a él y a Kristal, solo de recordarlo…

Así que acompañado de Nathan, estuvo más de media hora interrogandoles, dejándole claro, que aun quedaban un grupo no demasiado grande de desertores, gente que hacía apenas años, habían convivido con ellos, y estaba claro que lo detestaban.

Ya había amanecido cuando se dirigió de nuevo al castillo y fue al salón para encontrarse allí ya, a sus hermanas y a Kristal, desayunando.

-Hermano, ¿te encuentras bien?.- Andrew se dirigió a su sitio escuchando a Lilit. - Ya nos hemos enterado de lo ocurrido anoche.- Se sirvió algo de zumo en su vaso.

-No te preocupes.- Bebió un largo trago de zumo de naranja.- Ya lo he solucionado, y como puedes ver, no me hicieron nada.- No podía parar de mirar a Kristal, que mientras tomaba un panecillo, le escuchaba con atención.

-Pero te podrían haber matado, además, ¿que diablos hacias deambulando por la noche en el bosque?. - Le dijo Lesly gesticulando con las manos, aunque no le pasó desapercibido como ambas miraban a Kristal de reojo.

-Simplemente paseaba.- Vio como Kristal le miraba con una ceja alzada.- Además yo no sabia que me iban a intentar matar.- Mordió su panecillo con mermelada.

"¿Paseabas? Ja, me seguías, y me gustaria saber para qué" Pensó  Kristal mientras continuaba desayunando callada.

Al bajar esa mañana al salón, se había encontrado a las gemelas las cuales estuvieron haciendo demasiadas preguntas de lo ocurrido anoche, Mirna les había informado del ataque de esos rufianes, y no pudo evitar quedarse pensativa cuando le preguntaron qué hacían ellos dos solos y en el lago, ese estupido la había seguido, cuando ella simplemente había ido a ese maravilloso lugar, intentando olvidarse un poco de la existencia de Andrew, aunque no paraba de preguntarse, ¿qué cuernos le ocurría con ese hombre?.

-Kristal.- Al escuchar como él la llamaba, Kristal dejó a un lado todos sus pensamientos volteandose para verle con el ceño fruncido.- Si quieres después de desayunar podemos ir a dar un paseo a caballo, y así al fin conoces todas las tierras, ¿te parece?. - Ignoró las sonrisas descaradas que les estaban echando las gemelas a ambos, y simplemente asintió disponiéndose a acabar su desayuno.

-¿Acaso a nosotras no nos vas a invitar?. - Le preguntó Lilit alzando su vaso y llevándolo a sus labios intentando disimular su sonrisa.

-Vosotras tenéis que seguir con vuestras clases, si no hoy no entrenareis. - Dijo Andrew dejando claro que no estaban invitadas a dicho paseo.

-¿Clases?. - Se dirigió a las gemelas con curiosidad.

-Si, nuestro hermano quiere que aparte de saber lo básico, leer y escribir, sepamos más sobre cultura, cuentas…- Le respondió Lesly pensativa.- Todo lo que se supone que no está bien visto, o es raro que una mujer sepa.- Dijo encogiéndose de hombros.

-Aunque a nosotras nos gusta aprender todo eso, y pues todas las mañanas hacemos un par de horas de estudio en la biblioteca y por la tarde ya podemos cabalgar, luchar, y en fin esas cosas.- Dijo Lilit sonriendo.- Aunque a nosotras nos gusta mas entrenar.- Miro a su hermano alzando ambas cejas.

-Al principio recuerdo que entrenabamos a escondidas, y cuando mi hermano se enteró, se negó rotundamente a que siguieramos entrenando, pero finalmente le convencimos.- Lesly se encogió de hombros mirando a Kristal.- ¿Tu entrenas Kristal?.- Le preguntó apoyando el brazo en la mesa y sujetando su cabeza con su mano.

-Si, mi padre como entendereis no se encargaba ni de mi ni de mi educación, aunque la antigua ama de llaves de mi castillo me enseñó a leer y a escribir a escondidas de mi padre, el no queria, y cuando fui más mayor, descubrí que me parecia mucho mas divertido pelear con la espada, cazar con el arco… que estar todo el día encerrada entre cuatro paredes. Y algunos guerreros que si me querían me enseñaron también a escondidas de mi padre.- Se quedó pensativa unos instantes.- Mi padre no ha sido nunca un buen Laird, no era querido por su pueblo, pero tenía sus guardias, la mayoría de sus guerreros son tan despreciables como él, aunque había guerreros buenos, que me tenían aprecio y no estaban de acuerdo con él.- Sin siquiera mirarle, sintió su profunda mirada puesta en ella.

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