Aún no había amanecido, el cielo estaba oscuro, un gran silencio indundaba ese frío castillo, fué entonces cuando unos ruidos la despertaron, se sentó en el lecho, mirando hacia la puerta, escuchó cómo se habría la cerradura, y un simple presentimiento recorrió todo su cuerpo haciendo que comenzara a temblar, rezando por que estuviera equivocada, se levantó quedando de pie al lado del lecho.
Se abrió la puerta, y ahí estaba Chiamon, cerró tras él y se quedó allí mirándola, escuchó cómo volvían a echar la cerradura.-¡¿Qué haces aquí?! ¡¡Vete ahora mismo!!. - Gritó a Chiamon, y la reacción de él fué reírse, cosa que la cabreó más, Chiamon dió dos pasos en su dirección. -¡¡No te acerques a mí, vete!!. - Le volvió a gritar señalando la puerta para que se fuera.
-No, me parece que mejoz noz quedamoz aquí.- ¿Estaba ebrio? maldito cerdo bola de sebo asqueroso.
-¡Y a mí me parece que te vas ahora mismo! .- Le gritó, estaba muy enfadada, enserio ese imbécil creía que ella estaría con él, ¡ja! ni muerta.
-No, no, yo te he comprado a tu padre, erez míaa. - La miró de arriba abajo sonriendo con malicia.
--¡¡¿Qué quee?!! ¡¡¡Mira, me importa una mierda lo que tú hayas acordado con mi padre, porque yo no soy ningún objeto para tener dueño!!! ¡¡¿Te queda claro?!! ¡¡¡Osea que ya te puedes ir por donde has venido!!!. - Estaba aguantando las ganas de arrancarle la cabeza.
Se carcajeó en su cara. - No diraz lo mizmo cuando te haga grital.-Dió más pasos en su dirección, y ella rodeó la cama, huyendo de él.
Tenía que hacer algo, necesitaba un arma, algo con lo que defenderse, miró cada rincón de esas cuatro paredes, y lo encontró, y la idea le llegó a la mente, sin dudar la puso en práctica.
-¿Mmm, con que me harás gritar?. - Cambió su tono de voz a uno sensual, seductor, dió leves pasos hacia la mesita de madera meneando exageradamente las caderas.
Chiamon la miró con el ceño fruncido, a lo que ella sonrió aún más, se puso de espaldas a la mesita, mirándolo, y agarró con fuerza el jarrón, lo sostuvo en la mano derecha tras su espalda, y avanzó unos pasos más hacia él, y cuando él se acercó, levantó el jarrón rompiéndolo en su cabeza, haciéndole una brecha.
Chiamon cayó al suelo inconsciente por el golpe que había recibido, su cabeza sangraba.
¿Y ahora qué? no sabía qué hacer, si intentaba escapar la capturarian, pero era peor quedarse allí y no intentarlo. Lo primero que iba a hacer era matar al gusano de Chiamon para que tardaran más tiempo en darse cuenta de que había escapado.
Pero necesitaba armas, cuerdas, tendría que buscar por la alcoba por si había algo que le sirviera para huir, revolvió los cajones encontrando solo sábanas, en el armario, solo había unos vestidos, horribles, seguramente escogidos por el laird, pues ya les había encontrado utilidad, los cogió y empezó a romperlos de la costura, ató las manos y pies de Chiamon, y metió bastante tela en su boca, y después lo amordazó para que no pudiera gritar.
Después cogió todas las sábanas que encontró y las ató simulando una cuerda para atar una de las puntas a la pata del lecho, se dirigió a la ventana, estaba cerrada, ¡maldición!, no le quedaba más remedio, tendría que romper el vidrio, corriendo el riesgo de que la escucharan pero no le quedaba más remedio.
Así que cogió una silla y con las patas rompió el vidrio con cuidado procurando no hacer demasiado ruido, tiró la sábana hacia afuera, pero se le ocurrió que alomejor Chiamon tendría algún arma encima, así que se acercó a él, vació los bolsillos y nada, lo único que llevaba era un puñal en su cinto, así que lo cogió y se lo guardó en su cintura, volvió a caminar hacia la ventana, y agarrando la sábana empezó a descender por la pared del castillo, sollandose las manos y las rodilla, tenía que agradecer que no era demasiado alto, y cuando al fin tocó el suelo, sonrió feliz al pensar que ya era libre, pero antes tenía que ir a por alguien más, Gitana, no pensaba dejar allí a su yegua por nada del mundo.
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ME VENDIÓ
RastgeleKristal MacKam, hija de un horrible laird al que no le importa nada su bienestar. Una luchadora, rebelde e inconformista con las normas de su época, intentará por todos los medios luchar para poder vivir la vida que merece. Él, un guerrero con fuert...