Pronto llegó al castillo, todo estaba oscuro y tranquilo, fue directo hacia las caballerizas y dejó a Furia en su cuadra, se encaminó hacia el castillo a paso lento, disfrutando de la leve brisa, y pensándolo bien, decidió entrar por la puerta trasera que daba a la cocina para no hacer demasiado ruido.Todo estaba en un absoluto silencio, pero no era eso lo que no la dejaba dormir, ni la luz de la luna que se filtraba desde el ventanal, ni las miles de posturas que había probado ya, no podía dormir por ese hombre de ojos verdes que no salía de su cabeza.
Exasperada hundió la cabeza en la almohada ahogando un grito de impotencia, ¿por qué no podía dormir y dejar de pensar en Andrew aunque fuera un simple ratito?.
Se levantó de la comodidad del lecho y empezó a caminar de un lado a otro por la habitación. Se observó en el espejo, llevaba el pelo suelto, este caía en ondas por su espalda hasta su cintura, solo la cubría su camisola blanca.
Pensó en bajar a la biblioteca y coger un libro para poder entretenerse y así intentar conciliar el sueño. Se volvió a mirar de arriba a abajo, quizá debería ponerse algo más apropiado, pero… Qué más daba.
Se encaminó hacia la puerta, abrió con cuidado, y con sigilo empezó a caminar de puntillas por el pasillo. Entonces escuchó un ruido que la hizo detenerse y girar sobre sus pies, se oía de abajo. Pensó que seguramente sería alguna de las criadas, pero por un momento llegó a ella la imagen de los desertores que habían intentado matarles, decidió bajar a ver quien era, para salir de dudas.
Cuando bajaba los escalones escucho otro ruido, provenía del pasillo que daba a la cocina y al desván. ¿Y si habían entrado por la puerta trasera?.
Se dirigió hacia allí procurando no hacer ruido, cuando estuvo junto a la puerta, asomó la cabeza con cuidado para poder ver si había alguien, vio una sombra caminando por la cocina, volvió a camuflarse en la pared cuando vio que la sombra se volteaba hacia la puerta, respiró pausadamente, espero unos segundos para volver a asomarse, la sombra estaba de espaldas, vio que en la mesa había un cuchillo, así que armándose de valor, caminó despacio, agarró fuertemente la empuñadura y se dirigió hacia la persona que había entrado.
Cuando estuvo detrás, de un movimiento colocó el cuchillo en su cuello agarrándole con la otra mano de las greñas haciendo el amago de que se echara hacia atrás, ya que era mucho más alto que ella.
-Como hagas un solo movimiento, te mato. -Habló con decisión, pero reconoció ese olor antes de que él hablara.
-Ya sabía yo que mi pobre cuello no aguantaría mucho tiempo sano teniéndote cerca.- Lo soltó rápidamente apartando el cuchillo de su cuello, Andrew se giró hacia ella mirándola con una ceja enarcada.
-Lo siento, creí que había entrado algún intruso y bueno…- No la dejo terminar.
-Tranquila no te preocupes. - Dijo él, percatándose de que sólo llevaba la fina camisola, la miró de arriba abajo y sintió como todo su cuerpo se tensaba.
-¿Que haces a esta hora en la cocina?. - Preguntó ella sin ser consciente de la reacción que estaba causando en el cuerpo del pobre Andrew.
-¿Qué haces tú deambulando a esta hora por el castillo?. - Preguntó él, imitandola, sonrió cuando ella bufó exasperada.
-No podía dormir y decidí ir a la biblioteca en busca de algún libro, escuché ruidos y… Decidí investigar.- Dijo ella mirándole a los ojos.- ¿Piensas responder?. - Andrew suspiró.
-Fui a dar un paseo y cuando regresé decidí entrar por la cocina para no hacer mucho ruido, después me dio hambre y estaba preparándome algo.- Respondió mirando tras su hombro, en la encimera estaba el postre que había sobrado de la cena, ese que habían preparado las gemelas y Kristal y él no había probado por el pequeño incidente, y un platito donde él tenía pensado servirse un trozo.
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ME VENDIÓ
RandomKristal MacKam, hija de un horrible laird al que no le importa nada su bienestar. Una luchadora, rebelde e inconformista con las normas de su época, intentará por todos los medios luchar para poder vivir la vida que merece. Él, un guerrero con fuert...