Ya habían pasado dos días desde las últimas noticias de Andrew, suponían que llegaría dentro de nada, Kristal intentaba disimular las ganas que tenía de verlo y saber como estaba, no entendía porque ese hombre se había metido en su cabeza y no la dejaba tranquila.
Como los últimos días, mientras las gemelas daban sus lecciones en la biblioteca, ella leía algún libro que llamaba su atención, cuando acababan iban las tres al salón a comer, a veces se metían en la cocina y preparaban algunos postres, Kristal les había enseñado recetas que en su hogar solían preparar, se le daba bastante bien la cocina, por la tarde fueron al campo de entrenamiento a entrenar con sus espadas, todos los guerreros acababan observandolas, la astucia y agilidad de las muchachas, les seguían impresionando aún habiendo visto ya cómo luchaban.
Entonces Lilit tuvo una idea, para hacer su entrenamiento más divertido.
-Tu hermano se enfadara si luchamos con sus hombres.- Dijo Kristal sin poder quitar la sonrisa de sus labios, le agradaba la idea de poder luchar con sus guerreros, así aprendería cosas nuevas, ya que luchando con las gemelas, ya habían aprendido los movimientos de las otras.
-Yo también mando aparte de mi hermano, así que me da igual si se enfada, además, ¡no se va a enterar!.- Dijo Lilit riendo, así que se encaminaron hacia algunos guerreros que seguían observandolas.- ¿Alguno se atrevería a luchar con nosotras?.- Vio cierta sorpresa en algunos, aunque en otros se les hacía común, seguro que las gemelas ya habían luchado con algunos de sus guerreros.
-Será un placer.- Dijo Marco sonriéndole a Lilit.
-Volveré a patearte el trasero.- Dijo esta riendo, y ambos empezaron la lucha.
Lesly comenzó a luchar con Bob y en ese instante Nathan se acercó a Kristal.
-¿Luchariais conmigo? .- Dijo este sonriendo, y por supuesto Kristal aceptó su propuesta.
Empezaron a dar círculos, esperaba a que Nathan la atacara primero, lo miró desafiante, y al fin, la atacó, lo que en un principio fueron golpes flojos, se convirtió en una lucha sin que ninguno de los dos estuviera dispuesto a perder, Kristal era mucho más ágil que él, aunque Nathan era más fuerte, casi la desarma una vez, y dispuesta a demostrarle quien era, comenzó a mover la espada más rápido intentando desarmarle, y lo consiguió, de un movimiento certezo su espada voló por los aires, le dio una patada por detrás de la rodilla desestabilizandole, consiguiendo que cayera al suelo y colocó la espada en su cuello.
-Me parece que he ganado.- Dijo Kristal sonriendo, todos les estaban mirando, incluidas las gemelas y sus contrincantes, los cuales parecían algo enojados, suponía que habían perdido.
-Vaya, eres muy buena.- Respondió Nathan riendo, apartó la espada y le ayudó a levantarse, este le tendió la mano con una sonrisa y escuchó esa voz de fondo.
-Así que no me puedo ausentar ni unos dias, que ya convertís mi clan en una guerra.- Llevaba rato observando a sus hermanas y a Kristal luchando con sus hombres, intentando no ser visto, le cabreo que lucharán con sus guerreros, ya les había dicho a sus hermanas que no le agradaba eso, podrían salir heridas, pero como siempre, no le hacían ni caso, y también como siempre, las mujeres salieron victoriosas de su lucha.
Estaba ansioso por volver a verla, no podía negar que ella había estado en sus pensamientos los días que habían estado distanciados, y como siempre,estaba hermosa. Aunque al verla tan cerca de Nathan, algo que nunca había sentido lo recorrió, ¿Celos? ¿Ganas de agarrar a Nathan y despellejarlo por estar tocando la delicada mano de Kristal? ¡¿Pero qué diablos le estaba pasando?!.
-¡Hermano!. - Gritaron las gemelas al unísono, corriendo hacia él para abrazarle, y siendo recibidas por Andrew con una sonrisa.
-¿No os dije que os comportarais?.- Dijo riendo.
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ME VENDIÓ
RandomKristal MacKam, hija de un horrible laird al que no le importa nada su bienestar. Una luchadora, rebelde e inconformista con las normas de su época, intentará por todos los medios luchar para poder vivir la vida que merece. Él, un guerrero con fuert...