Capítulo 8: Despierta

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Subió los escalones de dos en dos, llegando al largo pasillo y encontrando la puerta de su habitación cerrada, llevaban horas en ese cuarto, la curandera y la mujer que él había encontrado en el bosque.

Mirna hacía un rato, cuando había salido del cuarto, le había informado de las heridas que tenía por el cuerpo, la del hombro se la habían hecho hacia unos dias, y tenia marcas recientes de latigazos cubriendo su espalda, cosa que preocupo a Andrew, pero Marta, la curandera había asegurado que con buenos cuidados la mayoría de marcas, desaparecerian, y despues tenia algun que otro rasguño por el cuerpo, ella seguía inconsciente, descansando.

Pero para él no era suficiente, quería entrar para ver cómo estaba ella, y... verla, asegurarse.

Decidió tocar a la puerta, se sintió raro tocando a la puerta de su propia alcohoba. Marta la abrió con cuidado y se asomó levemente viendo que era su Laird.

-Laird. - Marta asintió con la cabeza levemente al verlo.

-Marta, ¿cómo..., cómo está?. - Miró hacia dentro del cuarto pero no logró ver mucho.

-Supongo que pregunta por la mujer. - Le miró con una sonrisa. - La atendí hace varias horas, y decidí quedarme por si le subía la fiebre, tendrá que hacer reposo por unos días y se recuperara, no entiendo como le han podido hacer tanto daño. - Marta miró dentro del cuarto y de nuevo a él. -¿Quiere entrar a verla?. - Él la miró sorprendido.

-Eh, vale, si quieres puedes ir a descansar un rato y yo me quedo con ella. - Vió como la mujer asentía y abriendo la puerta de par en par se marchaba. Él miró hacia dentro y entró, cerrando la puerta tras él.

Se quedó parado, observándola, era muy hermosa, se preguntaba quién era, de que clan, quién la había herido, y por qué.

Se acercó unos pasos y se quedó quieto al lado del lecho, se sentó en la silla donde suponía que Marta había estado sentada cuidando de la mujer.

Se quedó ahí, sentado, observándola, los segundos se hacían minutos, era como si lo hubiera hipnotizado, se levantó y colocó su mano en su frente para comprobar si le había subido la temperatura, estaba fría, menos mal, aún no tenía fiebre.

Se volvió a sentar en la silla, y entonces escuchó la puerta abrirse y se giró para ver quien entraba sin tocar, y al verlas no le pareció nada raro.

-Hola, ¿aún no se ha despertado? - Lilit entró al cuarto y tras ella Lesly, y se sentaron al otro lado de la cama observando a la chica.

-Es muy guapa. - Lesly miró a la chica sonriendo.

-Se toca a la puerta antes de entrar, y no gritéis, no quiero que la despertéis, tiene que descansar. - Las miró hastiado, negando con la cabeza, volvió a mirar a la chica.

-Que no hemos hecho nada. - Lesly entrecerró los ojos mirando a Andrew.

-Si que es guapa, ¿aún no ha despertado?. - Lilit miró primero a la chica y luego a Andrew.

-No, ya la han atendido, ahora habrá que revisar que no le suba la fiebre. - No podía apartar la mirada de la mujer, era algo extraño, nunca le había pasado algo así, y menos con una desconocida.

-Bueno, pues nosotras nos vamos. - Lilit se levantó y seguida de Lesly, ambas se dirigieron a la puerta abriéndola y saliendo volvieron a cerrar, dejándolos otra vez solos.

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