P.O.V Annabeth
Las situación en el campamento seguía descontrolada. Los monstruos no dejaban de aparecer mientras que Urano, tras su derrota ante Aria y Percy, seguía sin dar señales. Lo cual no nos gustaba. Se había creído invencible ante nosotros y aunque todavía no se equilibraba la balanza hacia ningún extremo demasiado, lo cierto es que nos enfrentábamos a un enemigo estratega. Había sabido esperar su momento y había conseguido infiltrarse sin problema alguno en nuestras narices.
Ni siquiera Caroline y yo conseguimos ver su truco a tiempo para evitar que intentara matar a Aria. En aquel momento me sentí inútil.
Mientras Percy estaba en la mente de Aria, la impotencia comenzó a apoderarse de mí. Quizás si no me hubiera quedado tan paralizada en aquel momento, podría haber previsto el plan de Urano a tiempo de impedir que se metiera en la mente de Aria.
Las cosas estaban hechas y gracias a los dioses todo había salido bien dentro de todo lo malo.
Cuando salimos pude sentir la frustración de Percy por haber dejado a Alexandra con Nico. Ni siquiera yo misma confiaba en ello pero era su hija y no la mía. Era él quien decidía sobre ella. Sólo esperaba que no le pasara nada malo y que Nico tuviera razón.
Ahora desde el porche de la Casa Grande tenía una muy buena panorámica de la situación.
Jason seguía en su puesto. Leo, Piper y Sherman Yang seguían protegiéndole todo lo que podían. En el puesto que ocupaba Lou en el equipo B se había unido Clarisse, quien daba estocadas con su lanza a diestro y siniestro intentando que no se acercaran demasiados monstruos.
Todos se giraron unos instantes al oírnos salir de la Casa Grande. Clarisse comenzó a mirar a nuestro alrededor y me miró alarmada. Pude entender por sus labios que buscaba a Aria.
Negué con la cabeza y le dije el nombre de Nico con los labios. Ella pareció entender más o menos la situación que le planteaba y asintió de vuelta.
Jason quién observaba a Clarisse y no se había enterado de mi respuesta por darme las espaldas se giró pálido.
-¿Y mi hermana? -gritó mirándome.
Vi que Percy se movió rápido y se dirigió a Jason. Le cogió por el hombro y se acercó a su oído donde supongo que le diría la situación lo más resumida posible. Quizás aquel gesto más cercano fuera suficiente para calmarle hasta que supiéramos más. Por el rabillo del ojo vi al hijo de Júpiter asentir y volver a mirar al frente.
Saqué mi daga y dejando a Will allí en el porche con sus flechas, me coloqué cerca de Clarisse.
-¿Cómo vas? -le pregunté.
-Puedo con ellos -contestó riendo y atravesando con su lanza a una empusa. Dudaba que me respondiera con alguna debilidad. Si no las decía no las tenía. Esa era su filosofía de guerra.
Visualicé rápidamente a los campistas. La cabaña de Hermes seguía intacta, cosa que me alegró. Mi hermanos estaban repartidos por todo el campamento y solo pude ver a unos cuantos, Malcon no estaba entre ellos. Me mordí el labio nerviosa y me dije a mí misma que estaba bien.
Un rayo repentino atravesó la oscuridad que se cernía sobre nosotros.
-¡Es Urano! -gritó Percy. El dios había elegido mostrarse de nuevo ante nosotros con forma de tormenta. Aquello no me tranquilizó. El cielo ocupaba más terreno del que el campamento podía abarcar.
-¡Esto se acaba aquí semidioses! -gritó con furia Urano- ¡Acabaré con todos vosotros! ¡Y empezaré por el desgraciado que ha impedido que os mate a todos con mi gas tóxico!
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A Través Del Cristal
FanfictionEl campamento mestizo vuelve a la normalidad tras la guerra contra Gea. Sin embargo, el Oráculo de Delfos no da tregua y tras una aparición extraña en la cabaña de Artemisa, surge una nueva profecía. Un secreto oculto bajo la Casa Grande es desvela...