Capítulo 38: Por Clarisse.

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P.O.V Will

-No viste lo que yo Nico- le volví a repetir- estaba tan segura de que podría hacerlo que incluso yo me lo creí por unos instantes.

Di vueltas por la habitación mientras Nico me miraba con cara cansada una y otra vez. Anoche no había podido dormir así que decidí revisar a los enfermos como cada vez que necesitaba pensar. Me senté junto a Clarisse cuando terminé mi ronda. A cualquiera que se lo contara me tomaría por loco pero me relajaba sentarme junto a ella por las noches mientras escuchaba el sonido de su corazón a través de las máquinas. Por unos momentos sentía que le acompañaba y que necesitaba esa compañía.

Pero anoche escuché pasos y vi que se paraban ante la puerta. Me levanté rápidamente y me coloqué detrás de unas cortinas solo para observar como Annabeth entraba a hurtadillas con Aria pisándole los talones. Apreté los puños obligándome a mi mismo a permanecer escondido y en silencio. No quería que se acercara a Clarisse por ningún motivo.

"La voy a traer de vuelta Annabeth. Lo juro por el río Estigio."

Abrí los ojos por sus palabras ¿Podría hacerlo? ¿Podría salvarla? Mi padre no me había dado muchas pistas sobre su posible salvación y Nico tampoco me había ayudado demasiado.

"Si tiene que vivir, vivirá. Si por el contrario su destino es morir, no puedo alterar el destino. Morirá." -me había dicho Nico.

Para mí era una completa impotencia como hijo de Apolo no poder curar a una persona. Y más difícil era para mí tener a la culpable de esa impotencia cerca. Me negaba a ver morir a mis amigos por su culpa.

Dejé que se marcharan y salí de detrás de aquellas cortinas para comprobar que no le habían hecho nada a mi amiga. Suspiré y me limpié las lágrimas que querían salir y que no me podía permitirme soltar.

Aquella imagen de mi amiga muriéndose me mataba a mí también. Cada día que pasaba más difícil me era mantener la esperanza de que volviera a abrir los ojos. Sabía que si no mejoraba tarde o temprano alguien podía dar la orden de desconectarla y de algo estaba seguro, no sería yo quien lo hiciera.

-Deberías hablar con ella Will-me sugirió Nico de nuevo- Quizá entre los dos podáis conseguir algo.

-Ni hablar-me negué- no voy a trabajar con ella. No va a ganarse mi favor tan rápidamente.

Nico suspiró a la vez que se levantaba

-Es tu decisión. Pero recuerda, esto es por Clarisse no por ti-sentenció Nico antes de salir por la puerta y perderse de mi vista.

Cerré los ojos lo más fuerte que pude para impedir gritar. La situación me superaba. No era muy difícil adivinar que era muy orgulloso cuando de curaciones se trataba.

Era el hijo del dios de la medicina y si yo que era hijo de Apolo no podía encontrar cura quería decir que nadie más lo haría. Pero sabía que me estaba equivocando con creces.

Salí al porche de mi cabaña y apoyé la espalda a uno de los postes. Risas. Los campistas iban de un lado a otro cada uno a sus respectivas actividades menos un grupo de ellos que se habían reunido en una parte de la fuente central que residía en el recinto de las cabañas. Me di cuenta de que  Percy eran el centro de atención y los demás observaban sentados en el suelo  y aplaudían. Me fijé mejor y vi como el hijo de Poseidón lanzaba agua de diferentes formas. Pude visualizar un caballo galopar y un caballito de mar. Reí por sus locuras. La verdad sea dicha, era asombroso poder controlar el agua.

-Lo hace genial ¿no te parece?-pegué un brinco por la repentina voz. Miré un poco hacia abajo y vi a Aria mirando al grupo. Su mano izquierda descansaba sobre su vientre y la derecha sostenía una pequeña cantimplora, suponía que con el potingue.

A Través Del CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora