P.O.V Percy:
Las noticias que trajo Apolo fueron devastadoras para todos los que nos encontrábamos en la enfermería. Todos estaban cabizbajos y sin habla alguna. Notaba como Annabeth se agarraba a mi brazo. Derramaba lágrimas sin cesar y miraba perdidamente el suelo. Sus ojos antes grises ahora se podrían comparar con trozos de cristal debido al efecto de las lágrimas que los habían vuelto vidriosos. La abracé para darle mi apoyo.
Después de que Apolo se despidiera y desapareciera en un fulgor dorado cada uno comenzó a volver a su rutina. Tan solo quedábamos Annabeth y yo además de Jason y Aria.
Annabeth se acercó lentamente a la hija de Ares para despedirse.
Todavía no podía creer que la vida de aquella guerrera hubiera acabado así de fácil. Sin haber luchado como ella hubiera querido. Parecía imposible que la persona que había matado al Drakon en la batalla de Manhattan fuera a acabar de aquella manera tan cruel e injusta.
Aria y Jason se mantenían a una distancia prudente pero a diferencia de Annabeth la expresión de Aria era ilegible. No mostraba ningún signo de tristeza y sus ojos miraban la escena sin algún sentimiento presente o por lo menos eso me pareció notar. Por la mirada que me echó Jason, debía de preocuparme. Podía ver como su hermano le hablaba y le tocaba el vientre sin que ella reaccionase a nada. Lo único que mostraba que no era una estatua era el parpadeo de sus ojos.
-Vámonos Jason-dijo al fin. Puede que su expresión no se pudiera leer pero su voz demostraba que estaba haciendo todo lo posible por no echarse a llorar en aquel momento. Annabeth me había contado que Aria y Will había trabajado muy duro durante semanas. No podría imaginarme lo que debía de sentir tras el gran esfuerzo que le habían dedicado a Clarisse.
Los hermanos se marcharon dejándonos solo a Will, Annabeth y a mí con Clarisse.
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Cuando dejé a Annabeth en su cabaña para que descansara un poco me dirigí al único sitio donde podía pensar de verdad, el lago. El agua brillaba reflejando los rayos del sol.
Metí los pies en la orilla. El solo roce del agua con mi piel ya conseguía calmarme. Todo había pasado tan rápido que no recordaba cuando había sido la última vez que había dormido bien.
El sonido del agua chocando con las pequeñas piedras de la orilla consiguió obnubilarme lo suficiente para que me durmiera.
"Me encontraba en un lugar luminoso. ¿Había muerto? Todo era silencioso pero un grito me alarmó. Se oían murmullos y palabras sueltas. Otro grito retumbó en el silencio.
¿Qué era ese sonido desgarrador? El grito de una chica en estado de pura agonía seguido de respiraciones fuertes era inquietantes.
-¡¡No puedo hacerlo, no puedooo!!-gritó la voz. No podía ser. Era la voz de Aria.
-Claro que puedes, ya falta poco- era Annabeth. ¿Qué estaba pasando? ¿Para qué faltaba poco?
-¡¡Ahhhhhh!!-gritó Aria. Estaba sufriendo mucho. Pero ¿por qué?
El ruido cesó. Volvió el silencio. Ya no se oían las otras voces. Lo que si oía era mi corazón palpitando fuertemente.
-No te la lleves por favor. Es muy joven todavía. No se merece morir. No puedes dejar a mi sobrino sin madre- ¿Jason? ¿Su sobrino? ¿Estaba hablando del bebé? Entonces lo comprendí. Aria estaba en labor de parto.
Hablaba del bebé. Estaba teniendo la misma visión que había tenido Aria. ¿Era entonces verdad que iba a morir en el parto? No podía ser."
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A Través Del Cristal
FanfictionEl campamento mestizo vuelve a la normalidad tras la guerra contra Gea. Sin embargo, el Oráculo de Delfos no da tregua y tras una aparición extraña en la cabaña de Artemisa, surge una nueva profecía. Un secreto oculto bajo la Casa Grande es desvela...