Capítulo 20: Percy y Aria(1)

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P.O.V Aria:

Enjaulada. Llevábamos 3 días allí y me sentía como un pájaro en cautiverio. No soportaba estar encerrada. ¿No habían sido suficientes los 13 años durmiendo por la profecía? No me dejaban vivir en paz.

Percy no me dejaba acercarme al lado hasta que él mismo comprobara que no había nada de que preocuparse.

Desde que llegamos,  habíamos estado... distanciados. Me incomodaba estar cerca de él porque temía que en cualquier momento se lanzara. Aunque tampoco veía cerca ese momento ya que solo pasaba el tiempo sentado en el borde del embarcadero donde sus pies tocaban el agua o dentro del lago. Lugar al que yo no podía acercarme si él no lo permitía. 

He de decir que aquel lugar era bastante bonito para pasar unas vacaciones claro está sin la barrera que te impide salir al exterior.

Por si fuera poco eso, también tenía la presión de que de mí dependía salvar el mundo. No saldría de aquel lugar sin estar embarazada. Eso era lo que más me preocupaba. Tenía que idear un plan para salir de allí sin ningún bebé en mi interior. Era frustrante.

Percy me había dicho que el día anterior Jason y Thalia se habían comunicado con nosotros pero que había sido poco tiempo. Me dijo algo sobre "algo extraño le ha pasado a la comunicación".

Desde ese día estoy bastante preocupada por mis hermanos. Temo que les haya pasado algo.

A partir de ese momento, mi humor se ha relacionado con mis poderes helados y de cristal. Puede que en un pequeño ataque de ira haya congelado un poquitín el lago. Cosa que a Percy no le sentó demasiado bien.

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Había pasado una semana desde que nos encerraron en el bosque. Ese lugar ya mismo se visitaría como un paraíso helado en vez de uno vacacional cálido.

Ese día estaba sentada en la rama más alta de un árbol, cercano a la cabaña, esperando a que pasaran las horas para irme a dormir. Me pasaba todas las tardes en el bosque, aislada. Me daba tiempo a pensar en planes para salir de allí aunque ninguno válido. No me di cuenta de que me quedé dormida y desperté por la noche. Miré el reloj. Marcaba las 10 y media.

Todo estaba tranquilo y en silencio hasta que una luz rosa brillante apareció en el cielo y fue bajando en dirección al lago y la cabaña.

-¡Aria!- oí gritar a Percy. Al instante invoqué mi arco y lo tensé preparando una flecha. Salí corriendo hacia el lugar del que provenía la voz de Percy. Estaba a una pequeña distancia de la cabaña mientras me buscaba con la mirada. Tenía a Contracorriente preparada.  Cuando me vio su expresión se relajó un poco.

-¿Has visto la luz?- preguntó.

- Si, la he visto. ¿Dónde ha ido?- Percy me señaló la cabaña- Bien, pues en marcha.

Me puse en marcha pero Percy me cogió de la muñeca deteniéndome.

-Entraré yo primero. Sabes que no nos podemos arriesgar a que mueras- Suspiré amargamente.

-Está bien. Adelante- y me aparté para que pasara.

Percy se encaminó hacia la cabaña conmigo pisándole los talones. Cuando llegamos a la puerta nos paramos a escuchar pero no se oía nada.

Empujé levemente la puerta y pudimos ver una luz tenue en el interior. Percy empujó totalmente la puerta y vimos en el suelo como había un camino de pétalos de rosa que se dirigían desde la puerta hacia las escaleras hasta arriba. Miré a Percy que me miraba también con confusión. Noté un tirón de pelo y me llevé una mano a la cabeza. Percy también lo había notado ya que también se quejó. No le dimos importancia y seguimos.

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