Capítulo 30: Jason y Thalia (5)

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Noticia: Actualizaciones los sábados a partir del día 9 de marzo.

P.O.V Jason

No sé como Percy aguanta nadar tanto. Nosotros apenas estuvimos unas horas y fue como hacer 3 maratones seguidas. 

Tras descansar un par horas nos pusimos de nuevo en marcha en busca de la última flor que para mi desgracia estaba en posesión de Afrodita.

-Vamos a buscar a tu suegra- dijo Thalia destornillándose de risa. Puse cara de asco.

-No tiene gracia- le dije provocando que riera aún más fuerte- de lo que nos tenemos que preocupar es de encontrarla.

-Vale-Thalia se puso seria mientras sacaba un mapa de la mochila. 

-¿Cuándo has comprado el mapa?-le dije. Que yo supiera no habíamos metido mapas entre nuestras cosas puesto que no fue hasta nuestro encuentro con Apolo cuando supimos a ciencia cierta donde estaban las flores.

-Mientras dormías. Tienes el sueño espeso a decir verdad-y volvió a reír.

-Está bien-bufé- ¿dónde está la flor?

-Según Apolo la encontraremos en el jardín de Afrodita- contestó mientras abría el mapa. Había como una decena de parques por toda la ciudad.

-Genial. Esto nos tomará horas.

-En realidad no. Piper me ha dicho que le gusta frecuentar este- dijo señalando uno de los parques con el dedo.

-¿Cuándo has hablado con Piper?-dije sorprendido aún sabiendo la respuesta.

-Mientras dormías-contestó encogiéndose de hombros.

-¿Has hecho algo más que yo deba saber?

-Pintarte un bigote aunque eso es lo de menos-dijo riendo.

Me llevé las manos a la cara limpiándome la pintura inexistente.

-¡Thalia!-grité viendo como se iba tranquilamente en dirección del parque-¡no tiene gracia!

La seguí mosqueado mientras mi hermana se reía de mi ignorancia. No volveré a dormirme en su presencia en la vida. Quién sabe lo que me habría hecho de verdad si hubiéramos estado en el campamento.

No nos tomó mas de veinte minutos llegar a aquel parque que a decir verdad era bastante amplio y creo que nos tomó mas tiempo recorrerlo entero que llegar a él. Ya era media tarde cuando nos sentamos en un banco derrotados por no haber encontrado ningún indicio.

Me quedé ensimismado pensando en que sería de mi hermana y de Percy cuando oigo a Thalia quejándose.

-Dichosas palomas-dice asqueada- ¿no podían ser perritos?

Reí ante la escena. Un puñado de palomas se habían acercado a mi hermana lentamente. Por lo visto a Thalia no le agradaban aquellos animales. Hizo un además de apartarlas con el pie.

-Ni se te ocurre hacerles daño a mis mensajeros del amor-dijo una voz falsamente ofendida. Levanté la mirada para toparme con una mujer deslumbrante. Tenía una cascada de rizos castaños del color del chocolate y sus ojos cambiaban en cuestión de segundos. A excepción de los ojos nadie advertiría que estaba ante la presencia de una diosa con aquella vestimenta. Llevaba un top blanco y unos pantalones vaqueros rotos por la rodilla y unos tacones rojos. Parecía una adolescente. Y para colmo era la madre de mi novia. Sentí vergüenza ajena.

-Lady Afrodita- dijimos yo y mi hermana al mismo tiempo.

-Hola chicos-nos saludó- me alegro de veros.

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