Capítulo 51: Despedida tormentosa.

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P.O.V Will:

La pequeña acaparaba todas las miradas. Tenía un abundante pelo castaño y según había dicho Aria, la pequeña "tiene los ojos de papá".

Mientras Annabeth, Caroline y Jason se encargaban de bañar a la bebé para limpiarle la sangre y abrigarla, yo y Percy nos encargamos de Aria.

Limpiamos la cama y la dejamos cambiarse de ropa. Todavía no podía ducharse hasta que la temperatura de su cuerpo bajara un poco así que le aseamos con toallas.

Una vez la bebé fuera era hora de comprobar si su cuerpo se había normalizado del todo. Le ofrecí un vaso de agua. Ella me miró con temor y miró a Percy, quién asintió.

-Ya deberías poder beber agua sin problema -le dijo animándola a coger el vaso. No se lo pensó mucho y bebió. Comprobamos que no le pasaba nada ni siquiera a los pocos minutos.

-Qué alivio -soltó bebiéndose el resto del agua- Adiós potingue.

Percy y yo reímos.

La puerta del baño se abrió y dejó ver a un Jason con un bulto azul en brazos. Su sonrisa no podía ser más radiante.

-¿Algún signo en el agua? -preguntó Percy a Annabeth. Ella negó con la cabeza.

-Me parece que es muy pequeña para que de signos de semidiosa todavía -concluyó.

-¿Ya sabéis como se va a llamar? -preguntó Caroline con entusiasmo. Chasqueé la lengua.

-Caroline deja de ser cotilla -le dije con reproche. Mi hermana pareció ignorarme por completo.

Los demás observaban a los papas atentos a su respuesta.

-Todavía no -respondió Aria un poco seca para mi gusto.

-Yo estaré de acuerdo con el nombre que elija Aria -decidió Percy- con todo lo que ha sufrido me parece lo correcto. Es tu elección.

La hija de Zeus asintió con una leve sonrisa que a mi parecer escondía algo más. Tras ella no vi entusiasmo.

También me di cuenta de que pasaban las horas y la pequeña no tenía nombre aún. Parecía como si Aria estuviera esperando algo.

Pensé que quizá quería pasar el día con su hija sin preocuparse por nada más. 

A media tarde, Aria decidió ducharse y bajó a tomarse un café con nosotros dejando así, tras casi 20 horas, su habitación. Llevaba un vestido blanco por el que se le notaba su abultado vientre que disminuiría con el pasar de los días.

Antes de ducharse, había amamantado a la pequeña y se la había entregado a Percy, quien estaba con Annabeth en un sofá mientras dormía a su hija.

Aria se quedó al pie de las escaleras. Su expresión me alertó aunque intentó disimularlo lo mejor que pudo. Le pasaba algo, estaba completamente seguro de ello.

-Annabeth -la mencionada levantó la cabeza- necesito hablar contigo.

La hija de Atenea asintió y desapareció junto a la hija de Zeus por las escaleras. Percy se levantó y dejó a su hija en la cuna que había colocado Jason en la planta baja.

-Vosotros también lo habéis notado, ¿verdad? -afirmó sin miramientos.

-Lo he notado hace rato pero no le había dado importancia -contesté dándole la razón -ha sido justo cuando mi hermana ha mencionado lo del nombre.

Miramos a Jason que se mantenía callado. Ante nuestra atenta mirada se dirigió a la cuna y miró a su sobrina de manera triste.

-Me dijo que iba a pasar algo. Que estaba segura de que iba a pasar algo -soltó por fin.

A Través Del CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora