Capítulo 32: Día normal ¿no?

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Va ganando el team Semidiós por lo que veo xd. Pronto lo averiguaremos.

P.O.V Aria:

Desperté con los primeros rayos de sol. Me sentía muy cansada y me pesaba la cabeza. El día anterior había sido muy movido. Habíamos llegado al campamento y no solo nosotros sino Jason y Thalia, Nico había vuelto a la vida porque a decir verdad estaba más muerto que vivo y por si fuera poco tuvimos que hacer oficial mi inminente embarazo contándoselo a mis hermanos y a Annabeth.

Me sentía diferente desde el día que me enteré. Ahora llevaba una vida dentro de mí y eso hacía que un instinto que antes no había tenido apareciera, el de proteger.

Fui al baño y me di una ducha fría para despejarme. Me puse la ropa del campamento y me miré en el espejo. Había adelgazado un poco por culpa de los primeros síntomas. Me había pasado la última semana comiendo yogures y zumos porque mi estómago no admitía otra cosa. Acaricié mi vientre y suspiré. Todavía me aterraba la idea de traer un bebé al mundo.

Oí ruido fuera y me volví hacia la puerta que se había abierto.

-Lo siento, no sabía que estabas dentro- Jason me miraba avergonzado hasta que se dio cuenta de que acariciaba mi vientre. Entonces pasó de una expresión medio dormida a una llena de pánico- ¿Te duele?

Me pareció adorable su manera de preocuparse. Según me había comentado Thalia, yo sería la única chica que tendría a dos chicos haciendo el papel de padre. Sabía que Percy por instinto se preocuparía, pero también sabía que Jason se había tomado el papel de padre/tío bastante en serio sabiendo que cuando Thalia se fuera, yo sería la única familia que le quedaría.

-Tranquilo, estoy bien- aseguré. Su rostro se relajó y suspiró aliviado.

-Si sientes cualquier cosa fuera de lo normal no dudes en decírmelo, no quiero que te pase nada ni a ti ni al bebé -confesó. Me sentí mal en ese momento por ocultarle la visión. Pero estaba decidida a seguir adelante, aunque esto conllevara mi muerte. El destino del mundo dependía de ello.

Si Jason se llegara a enterar de la visión intentaría por todos los medios que abortara o intentaría cualquier cosa para evitar mi muerte cuando en realidad él no podría hacer nada.

-Claro, no te preocupes- afirmé mientras salía del baño para dejarle entrar a la vez que le decía: Date prisa o llegaremos tarde a desayunar.

-La culpa será tuya por estar una hora entera metida en el baño- me grita desde dentro. Yo por mi parte río porque en parte es verdad. Tardaba demasiado en el baño y eso era un hecho.

Después de que Jason terminara, nos fuimos a desayunar. Estaba entusiasmada por ver a todos de nuevo. Cogimos nuestras bandejas y nos servimos el desayuno. Y con servimos me refiero a Jason sirviéndome lo que no me había comido en toda esa semana de yogures y zumos.

-Voy a explotar como me coma todo esto- mi hermano hizo oídos sordos y me ignoró. Resoplé mientras ponía los ojos en blanco.

-¿Problemas en el paraíso?- mi hermana Thalia se reía por mi expresión.

-Doy gracias a que parte de esto debo darlo de ofrenda a mis padres si no... -le dije .

-Vete acostumbrándote. Jason es muy...- Thalia se quedó pensando en una palabra adecuada para definir a mi hermano- Jason.

-Quizá debería enseñarte más diccionario hermanita- dijo Jason molesto por su descripción.

-¿A quién llamas hermanita? Soy mayor que tú 6 años-gruñó Thalia. Jason hizo caso omiso y se dirigió al fuego para darles las ofrendas a nuestros padres. Mi hermana y yo le seguimos.

Por fin nos sentamos en nuestra mesa. Mi hermana se fue con las cazadoras a la mesa de Artemisa.

Observé el comedor. Todos reían y se divertían. Vi a Percy en la mesa de Poseidón. Me saludó con la mano, yo hice lo mismo. Volví la vista a mi desayuno. Cogí la tostada con mermelada de fresa y le pegué un mordisco.

-Es la primera vez en una semana que me entra algo sólido en el estómago- dije. La verdad era que masticar algo en estos momentos era la gloria. Jason levantó una ceja.

-A partir de ahora me voy a encargar de tu alimentación- quizá y solo quizá debería haberme callado.

-A sus órdenes mi general- dije. Para que molestarme en contradecirle si iba a hacer lo que le diera la gana. Empezaba a entender lo del instinto sobreprotector que me había comentado mi hermana.

Después de desayunar todos se fueron a sus respectivas clases. Quirón me había prohibido estrictamente cualquier entrenamiento que implicara moverse más de lo adecuado debido a mi actual estado de embarazo. Estaba hecha una furia porque me sentía inútil. Así que hizo lo que creí más productivo, lanzar flechas a la nada.

Exacto, estuve una hora y poco más lanzado flechas contra los árboles y contra el agua del lago. Por cierto, también me habían prohibido acercarme al lago, pero allí no había nadie para impedírmelo ¿no?

-¿Qué te ha hecho el agua para que le lances flechas sin cesar? - una voz de hombre habló de repente. Me puse alerta y le apunté con una flecha- ¡Cuidado! ¡Vas a sacarle un ojo a alguien!

-¿Tío Poseidón?- dije.

-Hola querida- me saludó alegremente- Me parece que tenemos que hablar. 

Nueva actualización.

Después de mis vacaciones vuelvo a actualizar los sábados.

Poseidón viene de visita. ¿Qué creéis que querrá?

Se despide la cazadora más servicial de Artemisa.

A Través Del CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora