Epílogo

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P.O.V Percy:

-Esto es surrealista -dijo por cuarta vez Lou Ellen tapándose la cara con las manos.

Suspiré.

Ninguno recordaba haberse desmayado tras la batalla, pero cuando despertamos habían pasado cinco días de ella. Solo estábamos cuatro.

La ausencia de Aria se hizo presente desde el minuto uno. Annabeth nos contó que cuando todo acabó, ella ya no estaba.

Pero por si eso no fuera suficiente, Alexandra tampoco. Según Will, su hermana salió de la Casa Grande diciendo que mi hija había desaparecido sin más justo después de que nosotros nos desmayáramos. Seguíamos sin saber nada de ninguna.

-Ojalá me hubiera podido despedir de ellas- contestó Jason, quien se encontraba sentado a los pies del árbol de Thalia- Ni siquiera tengo su cuerpo.

El hijo de Júpiter era el que peor lo estaba llevando con diferencia. Se había pasado los días llorando bajo aquel árbol y sus ojos estaban rojos e hinchados por las lágrimas. No había probado bocado desde entonces y había perdido peso.

Yo por mi parte lo llevaba más por dentro que por fuera. Me era difícil llegar a la cabaña y ver la cuna blanca con pequeños delfines tallados sin mi hija. En mitad de la noche me despertaba porque me parecía oír sus sonidos inteligibles.

Todos guardamos silencio.

Nos habíamos reunido en aquel lugar para llevar dos ramos de flores como agradecimiento. No sabíamos que había pasado exactamente con ellas, pero no estaban y las únicas teorías posibles eran que o habían muerto o estaban dentro del árbol conteniendo a Urano.

Aquella batalla iba a quedar en nuestra conciencia de por vida. Sobre todo a los que hicimos el conjuro para atrapar a Urano. 

Cuando nos despertamos, los cuatro teníamos un mechón blanco y que por mucho que tintáramos no se teñía. Nico creía que era un recordatorio del sacrificio de Aria y que llevaríamos aquel mechón en su memoria.

Yo no sabía que creer, solo sabía que cada vez que me miraba en el espejo y lo veía me recordaba a ella.

Me acerqué a Annabeth que estaba mirando el suelo y la abracé.

-Estás muy pensativa -le susurré mientras le acariciaba el pelo.

-Estoy confundida -contestó -No tiene sentido.

Me separé un poco para mirar sus ojos grises.

-¿A qué te refieres?

-Aria nunca sacrificaría a su hija -respondió mirando el árbol - Desaparecieron de repente. Clarisse piensa lo mismo que yo. Cree que algo no encaja.

Miré a la hija de Ares que se había acercado a Jason.

-¿Y como podemos saberlo? No quiero darle falsas esperanzas a Jason -respondí a sus interrogantes.

-Quise hablar con el señor D y Quirón, pero no están. Supongo que habrán ido al Olimpo para informar.

-Cuando regresen hablaremos con ellos -le prometí. Annabeth asintió y me volvió a abrazar.

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Aquellos días se pasaron volando mientras ayudábamos a reconstruir el campamento. Estaba tan ocupado en mis labores que agradecía enormemente que mi mente estuviera callada.

Después de hablar con Annabeth, yo también comencé a dudar sobre el paradero de Aria y mi hija. O por lo menos de mi hija si Aria había hecho lo impensable.

A Través Del CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora