Narrador omnisciente:
Para Christina, las cosas eran simples. Su novio estaba enamorándose de otra chica, y ella lo veía a diario. Le costaba aceptarlo y a veces pensaba que sólo era ella, porque él le aseguraba siempre que nada sucedía, que la amaba y estaban normal. Pero al rato estaban discutiendo sobre cualquier cosa, lo más mínimo.
Y ella se había sentido muy mal cuando vió a Corbyn y a Kay, tomados de la mano así. En parte, sabía que era culpa de ella. Con los estudios y su blog, con suerte tenía tiempo para hacer otras cosas, y a menudo dejaba a Corbyn botado, o no le prestaba atención. Era natural que cuando una chica hermosa e interesante le diera interés, se sintiese atraído. Eso le decía su parte racional, pero Cris se negaba a aceptarlo.
Por lo que cuando estaban en el baño, tuvo que decirle un par de cosas. Corbyn se mostró receptivo y agotado, pero accedió a sus peticiones. Para ser justos, Corbyn estaba agotado y no veía más opciones, además de que no quería discutir con Cristina y menos terminar con ella. No tenía sus sentimientos claros, respecto a Kay o su novia.
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Aquel lunes, Corbyn arregló un pequeño encuentro con Kay, en la cafetería y después de clases, donde no había absolutamente nadie. No se habían hablado ni visto durante el día, sólo por texto.
La chica buscó con la mirada a su amigo al entrar en la cafetería y sus ojos no tardaron en hallarlo. Estaba sentado solo, en una banca muy al fondo. Se veía pálido y cansado.
-¿Corbyn?-Le llamó, buscando su mirada- Hey. ¿Qué tal?
El chico no le devolvió la cálida sonrisa ni menos la saludó como de costumbre. Estaba nervioso y jugueteaba con los anillos de sus dedos. Kay comenzó a inquietarse.
-Debo decirte... Algo muy importante.
-¿Estás bien?
-Kay escúchame. Yo, este... No deberíamos seguir siendo amigos.
Esas cinco palabras quedaron rebotando en la cabeza de la chica, mientras lo observaba, perpleja, buscando algún indicio de broma en la cara de él.
-¿Qué dijiste?
-Kay, yo... Deberíamos alejarnos, ¿Sabes? Es lo mejor. Está convirtiéndose en un problema que sigamos yendo por ahí, juntos. Cristina no se siente cómoda y peleo demasiado con ella.
El enojo reemplazó la tristeza en Kay, y la furia agitó la sangre en sus venas. Sus palabras estaban cargadas de desprecio cuando habló:
-No puedo creerlo. ¿No has encontrado mejor solución que eso? ¿Echarme la culpa a mí?
-Kaitlin. Trata de entenderme...
-Adiós Corbyn. No será problema de que me veas cerca tuyo nunca más.
-Ni si quiera es permanente.
-Me estás diciendo, ¿Que yo debo estar a tu disposición, si somos amigos o no?- Preguntó incrédula.
-No. No es eso, solo digo que, hasta que las cosas con Chris se tranquilicen.
Kay rió amargamente y con sarcasmo.
-Es eso lo que me pides. No puedo hacerlo, no soy una muñeca que puedas utilizar cuando te venga la gana.
-Kay, no quiero perderte, en serio. Sólo quiero tranquilidad.
-Debiste haberlo pensado antes de decirme todo esto. Y decídete de una vez, Corbyn.
De esa manera, furiosa y llena de pena, con lágrimas que no se molestó en ocultar, la chica se levantó de su asiento y dejó a su amigo solo.
A Corbyn le temblaron los labios y se agarró la cabeza, suspirando.
Le pegó a la mesa con fuerza y se marchó como un zombie, saliendo de la cafetería, pensando en su gran error.
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Fallin' (Corbyn Besson)
FanfictionKaitlin Sanders es una chica nueva en el instituto de Los Ángeles. Con su reciente y única amiga, Lara, explorará una ciudad y sentimientos nuevos hacia un chico en específico. Con el corazón roto, comienza a amar de nuevo, sin quererlo ni darse cue...