Fallin' (Corbyn Besson)

Capítulo 15

-Dios mío, ¿ya no venden trajes de una pieza?-Murmuré para mí, mientras veía todos los bikinis que para mi gusto exhibían demasiado. Si bien no me avergonzaba de mi cuerpo, siempre lo había mantenido camuflado, por así decirlo. Pero todos aquellos bikinis mostraban o mucho busto, o demasiado trasero, o ambos.

Seguí mirando y encontré tres que me gustaron. Solo había un traje de una pieza de color verde oscuro, pero lo tomé. Era un tanto escotado, pero de una pieza. El segundo era un bikini de color azul, que no era tan exhisbista como los demás. Y por último, porque, ver todos esos trajes de baño rojos me hizo querer probar el color, uno rojo de dos piezas muy bonito.

En fin, salí de Forever 21 mirando la boleta para ver si no me habían cobrado de más, cuando choqué accidentalmente con alguien.

-Dios, lo sient...- Me interrumpí al ver con quién había chocado-Corbyn.

Me quedé paralizada mientras lo observaba.

-Kaitlin... Yo, perdón, no miré por donde iba.

Estaba nervioso, y yo también. Me quité un mechón de la cara y me aparté.

-No pasa nada... Bueno, tengo que irme-Contesté, cortante.

-Vale... Esto, adiós.

Me di la vuelta y no respondí. Sí que se veía bien con su look nuevo. Su cabello estaba más oscuro.

Aunque tenía unos reflejos rubios todavía. No obstante, me largué de aquella tienda a toda velocidad y llamé a Daniel.

-Dímelo, princesa.

-Daniel, hagamos un trato. Cada vez que Corbyn salga, y tú sepas, me dirás a dónde va para no encontrarme nunca jamás con él nuevamente.

-Hola a ti también y... No puede ser, ¿Hoy también has ido a Forever 21?

-¡Acabo de salir de ahí! Ahora estoy en medio de citadel outlets. Y no sé que hacer, no sé si quiero ir a la playa, ay Daniel ayúdame.

-Me encantaría, pero he sido yo quién lo a traído. Su auto está en revisión para mañana. Lo estoy esperando en el estacionamiento.

-Mierda- Susurré- Bueno, voy a llamar a Jack. Un beso, te quiero- Le corté antes de que pudiera responder y llamé a Jack.

Sería bueno hablar con él y que me contase que tal todo con el drama de Zach y la chica que les gustaba. No me contestó, así que le escribí un par de mensajes y me senté en una banca pública. Todos mis problemas comenzaban a afectarme en ese punto, y yo no sabía qué hacer para tranquilizarme. Tenía una ansiedad terrible por ir mañana a la playa y que allí estuviese Christina. Por que con Corbyn podía aguantarme e ignorarle. Pero Christina ya me odiaba profundamente y no iba a ser sopotable estar con ella en la misma habitación. Jack me dijo que estaba ayudando a su madre a armar un mueble y que no podía ir conmigo. Tenía tal desesperación que me fui a una dulcería y me compré muchos paquetes de galletas distintos. Los guardé amontonados en mi mochila pero saqué unas galletas con chips de choclate marca Milka. Me comí el paquete con una velocidad récord y saqué otro.

Y sí, esa era mi manera de enterrar mis problemas.

-Wow, chica, calma. Las estás devorando como si no fueras a comer más.

Una silueta sin cara (no pude verla debido al sol) se aproximó hasta mí y se sentó a mi lado. Daniel me sacó una galleta del casi vacío (y recién abierto) paquete de oreos.

-¿No ibas a esperar a Corbyn?-Pregunté, mientras agarraba otra galleta y la devoraba.

-Uno, sí pero me dijo que me avisaría. Dos, cálmate, come tranquila. ¿Qué te tiene así? Dios mío, para. No, dámela. ¡Kay!-Trató de arrebatarme el par de galletas que metía en mi boca pero me las comí muy rápido.

-No quiero estar en la misma habitación que Chris, Daniel. ¿Y si me echan? ¿Y si me piden que me vaya? ¿Y si empiezo otra pelea? ¿Y si...?

Daniel me agarró de los hombros y consiguió quitarme la galleta que ya me estaba llevando a la boca.

-Necesitas parar de comer galletas tan rápido-Me sacudió las migas de mi sweater blanco- Y si te dicen esas cosas tú simplemente no te vas. Tienes el mismo derecho que ellos de estar con nosotros, si es que no más que Christina. Y si empieza una pelea entre esos dos, no es problema tuyo, es el de Corbyn y su novia, ¿Me entiendes?

Asentí mientras miraba el paquete de galletas sin abrir con chispitas de colores. Las palabras de Daniel si me habían ayudado y conseguí no abrir otro paquete.

-Ahora, relájate y ve a almorzar con tu papá. No comas demasiadas galletas, en el nombre de Dios. ¿Quieres?

-Está bien- Dije, de mala gana y tomé mi mochila. Daniel me dió un beso en la frente y me repitió que dejara de preocuparme. Me despedí y me fuí de una vez por todas a mi casa. Tenía que armar mi maleta para la playa.

------------------------------------------------------------------------------------------