| Don't Let Me Go |《Chandler Bing》[2]

012

Madison caminaba junto a Chandler para la entrada del hotel en Barbados donde se suponía que iban a encontrarse con sus padres. Estaban hablando muy animados cuando se detienen al ver a sus padres besarse y darse mimos en uno de lo muebles de la recepción; ambos se miraron y lentamente soltaron sus manos, con mucho pesar, para ir con sus padres.

—Hola, papá. Señora Bing—saludó Madison por los dos al llegar con sus padres, quienes sonrieron colocándose de pie. A Chandler le parecía muy injusto que dejaran a un lado sus sentimientos para ellos no tuvieran ningún problema con sus sentimientos, Madison estaba de la misma manera; ninguno sabía como actuar realmente frente a ellos.

—Mis niños, ¿por qué tardaron? —pregunta Nora y Chandler se gira a mirar a Madison al ver a su madre actuar, la rubia solo asiente entendiendo la mirada sorprendida de su novio. 

—Tuvimos unos asuntos con nuestros amigos—responde Chandler aún consternado, Madison suspira y da su mejor sonrisa.

—Creo que podemos ir a nuestras habitaciones para desempacar.

—Claro, Chandler tú irás con tu madre y yo con mi princesa—avisa el adulto entregándole la llave a la mujer a su lado, quien sonríe caminando hacia su hijo. —Supongo que cada uno querrá hablar.

—Oh, tengo mucho de que hablar—habla Chandler tomando la mano de su madre para llevarla lejos de ahí, su ceño estaba muy fruncido, realmente estaba molesto. — ¿Qué crees que estás haciendo?

— ¿De que hablas, cielo?

— ¿Por qué sales con mi suegro? —inquiere mirando unos instantes hacia donde estaba Madison y su padre, quien tenía una expresión seria al lado de él. —Pensé que habías aceptado a Mads como mi novia.

—Y lo hago, pero cuando supe que Leo se había divorciado, no pensé mucho y lo invité a salir—responde cruzándose de brazos. —Ya sabes, para hablar. Y bueno, luego de unos meses de estar saliendo me dice que se había metido en un asunto legal y quise ayudarlo, las cosas surgieron entre los dos y pensé que te alegrarías por mi.

—Mamá, sales con el padre de mi novia. ¿Cómo me hará feliz que si ustedes se casan ya no podría llamar a Mads mi novia sino hermanastra? ¿No comprendes la situación?

La mujer estaba por contestar, pero llega Leo con Madison atrás de ella. — ¿Hay algún problema?

Chandler tragó seco bajando la mirada, no estaba listo para enfrentar a su suegro. —No, cariño. Todo está...

—Claro que nada está bien—expresa Madison luego de debatirse si hablar o no. Después de haberse enterado de la situación, no pudo hablar con nadie, solo con Chandler y duró dos semanas llorando en las noches pensando que no podría ser feliz si le arrebataban a su chico.

Leo se gira a mirar a su hija, confundido. — ¿Qué sucede? ¿Pensé que... ?

—Pues pensaste mal, papá—responde tratando de no sonar altanera, nunca fue de responderle con grosería a él. —Pero creo que no deberíamos hablar de esto aquí, ¿por qué no vamos a la habitación?

°°°

Chandler entra al apartamento de Madison y le sonríe cuando la ve preparando el desayuno. La abraza por detrás y besa la mejilla de la rubia para luego bajar los besos a su cuello, Madison ríe bajo, feliz de que pudieran estar juntos después de todo.