| Don't Let Me Go |《Chandler Bing》[2]

001

Madison miraba el techo de su habitación, pensando en todo lo que había pasado durante esa semana desde que llegó Marcus a Nueva York. Se sentía agobiada por la llegada de su ex y sobre todo por el distanciamiento que tuvo Chandler por la situación. Esos días ambos durmieron en sus apartamentos, y no se dirigieron ni una palabra si se encontraban. Las chicas estuvieron para ella y Rachel, porque ambas estaban pasando por situaciones diferentes, pero que les quitaba el sueño.

Sin embargo, esa tarde, en la que Madison había pedido el día libre en el trabajo, Chandler decidió hablar con ella para arreglar las cosas y se armó de valentía para no posponerlo como lo había hecho días atrás. Abre la puerta lentamente, teniendo la copia de su apartamento y asoma la cabeza, confundiéndose de no ver a Madison ni en la sala, ni en la cocina; por lo que dedujo que estaría en su habitación. Entonces, a paso lento, camina hacia la puerta de su habitación y la ve acostada mirando el techo sin hacer nada, dándose cuenta que ella había estado como él.

Lleva su mano a la puerta y la toca con sus nudillos suavemente, llamando la atención de la rubia, quien desvía la mirada del techo hacia la puerta. Llevándose la sorpresa de encontrar a Chandler, mirándola tímidamente, se incorpora en la cama peinándose un poco al saber que estaba desarreglada. —Chandler, ¿qué haces aquí?

Chandler suspira al escuchar la melodiosa voz de la rubia, notando que había extrañado todo de ella. —¿Puedo? —Madison frunce el ceño al escuchar la pregunta, confundiéndose por toda la formalidad del joven.

—Sí.

Chandler se adentra a la habitación, donde sintió que el aroma, que había extrañado esos días, lo envolvía. Y es que ellos siempre quedaban en el apartamento de Madison por la razón de que ella siempre lo mantenía limpio y sobre todo porque a Chandler le encantaba la fragancia de los perfumes de la susodicha. Se sienta en la cama y mira todo el lugar, sintiéndose extraño, pero a la vez a gusto. Las miradas de ambos se conectan cuando el silencio se había prolongado. —Mads, yo... Te extraño.

Madison lo miró fijamente, admirando cada facción del rostro de Chandler, desde sus ojos hasta pasar su mirada por los labios de él. —También yo, Chan. No sé por qué no entiendes que te amo a ti, tú eres a quien yo elegí.

—Sí, pero sabes que no estoy acostumbrado a que me elijan. Siempre es Joey—comenta bajando la mirada hacia sus manos que Madison había entrelazado. —No me culpes por tener miedo a que me dejes.

—Amor, nunca te dejaría. Eres lo mejor que me ha pasado y yo... —Chandler junta de golpe su boca con la de ella, empezando a mover junto a Madison sus labios lentamente al mismo compás. Chandler lleva sus manos a la nuca de ella y la atrae más a él, queriendo demostrar cuanto la había extrañado y sobre todo cuanto la amaba. En un segundo sus lenguas se juntaron creando una pequeña batalla, y Madison no evitó sonreír cuando las manos de él descendían suavemente, brindándole caricias por donde pasaban. Sus cuerpos reaccionaron al instante deseando por más, como si reconocieran quien era el otro; sin embargo, el toque de la puerta del apartamento interrumpe el momento.

—¿Esperabas a alguien? —cuestiona Chandler cuando nota que Madison se detiene mirando hacia afuera con incomodidad y el suspiro profundo que suelta Madison, le da a entender que tal vez no le iba a gustar la visita.

—Es Marcus.

Chandler frunce el ceño y se separa lentamente de la rubia, desconcertado. —Eh, creo que me perdí de mucho esta semana.

—Pero no es lo que crees. Él solo ha venido porque quiere que quedemos bien, le dije que era absurdo todo lo que quiere hacer, pero insiste.

—¿Y cómo supo que estabas aquí? Me refiero a Nueva York.