| Don't Let Me Go |《Chandler Bing》[2]

002

—Entonces, ¿me estás diciendo que con unas cartas puedes leer mi vida entera?—inquiere Madison cuando Phoebe, para pasar el rato, le sugiere leerle las cartas; mientras que Rachel, Joey y Ross veían la televisión de manera desganada.

—Sí.

—No creo que sea posible—comenta cruzándose de brazos, su amiga sonríe burlona y decide colocar las cartas en la mesa para probarle que si era posible.

—Hola, Pheebs—saluda Monica especialmente a la rubia cuando se acercó a la mesa, la otra rubia alza una ceja y mira a la pelinegra mal. —Hola a ti también. —Madison rueda los ojos. —¿Sabes qué estoy pensando?

—Sí, claro—dice mirandola fijamente para adivinar los pensamientos de Monica. —¿Que como... has pasado tanto tiempo sin tener sexo... ahora te preguntas si lo han cambiado?

—No. Aunque ahora sí lo estoy pensando.

—¿Es que estabas pensando?—curioseo Madison.

—Bueno, como les cortaste el cabello a los chicos, quizá podrías cortarme el mío—habla con una sonrisa y llevando un mechón de cabello atrás de la oreja. Ambas rubias se miran y Madison solo pudo reír, desconcertando a Monica.

—Ah. No.

—¿Por qué no?—pregunta más confundida.

—Es por que soy... terriblemente quisquillosa y debo controlarlo todo.

—No, tú no eres así.

—Lo sé, pero tú sí—dice Phoebe subiendo un poco sus cejas. —No quería herir tus sentimientos.

Monica hace una mueca y se sienta al lado de Phoebe sin decir nada. —Si quieres puedo hacerlo.

—No, gracias. ¿Olvidas el corte que le hiciste a tu madre para acción de gracias?

—¡Solo fue una vez y ella tenía el cabello terrible!—exclama excusándose, haciendo un leve puchero.

—Hola. ¿Alguien conoce a algún sastre?—saluda Chandler colocando sus manos en los bolsillos.

—¿Necesitas ropa?

—No, no. Busco a alguien que marque con tiza—responde sarcasticamente, las chicas ríen bajo ante la mueca que hizo Joey.

—Ve a donde Frankie. Es el sastre de mi familia. Me hizo el primer traje a los 15 años. —Chandler estaba por girarse, pero Joey lo de tiene. —No, espera, tenía 16. No. perdón, 15. —Joey frunce el ceño. —Está bien, ¿cuándo fue 1990?

—De acuerdo, retira el cotonete al notar cualquier resistencia—dice Chandler logrando que Joey dejara el tema a un lado, Madison estaba por decir algo, pero la risa enamoradiza de Ross la detiene.

—Bueno. De acuerdo. Cariño, nos vemos luego. Bueno, adiós. ¿Cómo?—su rostro reflejaba felicidad. —Qué dulce. No... Bueno, no, cuelga tú. No, tú... Está bien.

—Qué horror—murmura Madison al ver a Ross tontear con el telefono y la novia. 

—Ya veo quien colgaría de primero entre nosotros dos, amor—dice Chandler, haciendo que las chicas rieran, para luego ver como Rachel quedaba quieta después de haber colgado la llamada de la pareja.

—Lo siento, pensé que me hablabas a mí.

—Rachel.

—Lo siento.

—Solo la volveré a llamar.

—Qué bien—dice con una sonrisa falsa y cuando se aleja Ross, ella se levanta para ir a la mesa con sus amigos. —¿Cómo pudo pasarme esto? ¿Cómo pudo pasarme esto? Hace un par de semanas estaba perfectamente bien. Ross era solo Ross. Uno más. —todos se ven entre ellos con algo de preocupación. —Ahora, de repente, él es Ross... un hombre maravilloso que no puedo tener.