Especial Barbados

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El padre de Madison suspira viendo a su hija caminar de un lado a otro, nunca había visto a su hija de esa manera, siempre la vio con una gran sonrisa y dispuesta a dar todo por su familia. Pero ahora, realmente dudaba que ella velaría por su felicidad, baja la mirada sin saber que decir ante la situación. 

—Siempre quise que fueras feliz, pensé que eras feliz con mamá—habla una Madison afligida. —Y sé que ya estoy grande para entender que a veces las relaciones no terminan bien, pero fingieron tan bien que creí que estarían juntos por siempre. Desde pequeña siempre deseé tener una relación como la tuya con mamá, pero ya no. Con Chandler aprendí lo que es ser feliz de verdad y no puedes pretender ahora que deje mi felicidad por la tuya.

Leonardo alza la mirada, desconsolado. —Madi--

—No quiero alejarme de Chandler. Te amo, pero no puedo permitir que seas feliz a costa mía.

Madison respiró hondo sintiéndose mejor al decir todo lo que pensaba, puesto que toda esa semana estuvo muy abrumada con la situación, había días que no comía o no dormía pensando en que hacer y el hecho de desahogarse con su padre le daba un alivio inmenso. De igual manera se sentía Chandler, estaba en la habitación contigua hablando con su madre, quien no tenía un buen aspecto, se negaba a dejar su amor. 

Nora nunca creyó ser feliz hasta que se reencontró con Leo. Sentía que eran almas gemelas.

Pero a veces las almas gemelas están destinadas a encontrarse, pero no a estar juntos.

—Mamá, no dejaré a Madison—determina Chandler muy serio. —Nunca te contradije en nada, incluso dejé que me arrebataran el hecho de tener a mi familia unida, pero esto... No puedo permitirlo. No quiero que me arrebates lo mejor que me ha pasado desde que tengo memoria.

—Chandler, siempre lo he amado.

—Perdiste tu oportunidad y yo no cometeré el mismo error—habla sin titubear. —No perderé mi oportunidad de estar con la persona que amo solo porque tú no lo hiciste en el pasado.

Nora baja la mirada al escuchar las razones de su hijo y se siente culpable por ser tan egoísta con él.

Leo se levanta de la cama y se arrodilla en frente de su hija. —Madison, por favor, quiero estar con Nora, ella--

— ¡No! Deja de ser tan manipulador—exclama Madison sintiendo sus lagrimas correr por su rostro. —Siempre dejé que ustedes eligieran en mi vida. ¿No te bastó con Marcus? Porque te recuerdo que mamá no fue la única en estar de acuerdo con esa terrible relación, tú también estuviste ahí presionándome para que me casara con él a pesar de que me engañó. 

La respiración de Madison empezó agitarse, un dolor de cabeza comienza atacar la cabeza de la rubia, pero no le presta atención debido a que su padre la zarandea un poco y la obliga arrodillarse para quedar a la misma altura que él.

—Por favor, Madi, déjame ser feliz.

Leo siempre supo como manipular a su hija, se sentía mal por hacerlo, pero el querer estar con Nora Bing era más grande en ese momento. 

—No... y-yo, no puedo-- —siente que la respiración se acelera, su cuerpo empieza a temblar y sus manos empiezan a sudar, —N-no me pue-des hacer esto—decía con pánico mientras negaba a lo que su padre le estaba pidiendo.

—Madi, no me hagas esto tú a mi.

Desesperación. 

Eso fue lo que sintió Madison, sintió su cuerpo muy liviano, cansado. No estaba respondiendo y solo podía escuchar a su padre gritar asustado su nombre. Se sentía tan lejano, hasta que logró ver a Chandler y a Nora entrar en la habitación, las voces eran poco audibles mientras que sentía que todo le daba vueltas.

—Lo siento. —logra susurrar Madison antes de caer desmayada en los brazos de Chandler, quien sintió su mundo caer al verla en ese estado. Nunca sintió tanto terror que en ese momento, por lo que como puede, debido al miedo, levanta a su novia para llevarla hacia un hospital cercano.

Chandler solo pensaba en lo peor y se reprendía por ser tan pesimista en esos momentos. —No me dejes, amor, no ahora.



°°°



Al llegar al hospital, Chandler no había emitido ni una palabra, se mantenía alejado de los adultos viendo por donde se habían llevado a Madison. Por su parte, los adultos se mantuvieron distantes del uno al otro, sabían que ella estaba ahí por su terquedad y egoísmo sin pensar en los sentimientos de sus hijos.

—Es mi culpa—solloza Leo, Chandler se abstiene de decir algún comentario y solo se concentra en pensar en su novia y en su bienestar.

Y así como llega el doctor, Chandler se levanta pasando sus manos por su pantalón. — ¿Cómo está, doctor? 

—Bueno, ya se encuentra estable en estos momentos, de hecho no fue nada grave, solo tuvo un ataque de ansiedad—comenta viendo los resultados de los exámenes. —Esto puede volver a ocurrir si llega a presenciar situaciones que le produzcan estrés o ansiedad, claro esta.

— ¿Podremos verla?

—Lo mejor será esperar a que ella despierte, debe descansar y bueno, le daré unas indicaciones antes de darle de alta solo para prevenir otra situación como esta.

—Muchas gracias, doctor.

Chandler se permite tomar una bocanada de aire, sintiéndose aliviado que su novia esté bien; por lo que se gira hacia los adultos y se mantiene serio al decir lo siguiente. —No permitiré que esto vuelva a pasar, así que, Leo si no quieres que tu hija tenga una vida miserable te recomiendo pensar dos veces el salir con mi madre.

Dicho esto se aleja de ahí para ir a la habitación donde tenían a Madison y sin importarle mucho entra solo para desmoronarse nuevamente al ver a su novia en la camilla. Nunca había sentido tanto miedo, que solo se prometió en cuidarla por siempre de todo y de todos, hasta de su familia si era el caso.

—No quiero perderte, Mads.








°°°

Y ASÍ FUE COMO ELLOS PUDIERON ESTAR JUNTOS A PESAR DE TODO... EL CHANDLER TODO DEMANDATE CON SU SUEGRO. 

ES QUE-- Madison es el tesoro de mi Chandler... tiene que defenderla con todo😍

Son un amor, lo sé... y yo bien dramática al escribir todo esto jajajajaja

Espero que les haya gustado el especial y bueno, a leer el siguiente capítulo🤗

| Don't Let Me Go |《Chandler Bing》[2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora