Capitulo 2

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-Más... Más adentro.

-Que necesitas omega?- le susurro al oído.

El último día del celo... tres días cogiendo sin prestar el mínimo interés al mundo y justo ahora tener a Takemichi en cuatro rogando por él, era mucho mas importante.

-Manjiro... -escuchar su nombre lo dejó estático, no se movía y casi olvida respirar. Porque lo llamo por su nombre?

-Que sucede Takemitchy?- pregunto volteandolo sin salir de él.

-Me dejaras sentir tu nudo?- pregunto mientras le besaba.

-No lo hare... me he contenido, no lo estropeare ahora.

-Tienes condón... quiero sentirlo-enredo sus piernas en la cintura del alpha.

-No Mitchy... es peligroso.

-Pero... no me siento bien si no lo haces... lo quiero alpha!- aahhh porque tenia que volver el omega determinado justo ahora?

-Lo haré cuando aclaremos nuestra relación, no ahora...

-Pero...

-No discutiré esto- le dio otra estocada y le beso feroz para callarlo.

Había soportado algunos momentos el no formar el nudo, en otros lo sacaba antes de completar el anudamiento, le dolía, pero lo mantenía cuerdo durante el celo y eso era lo mejor para ambos.

Sintió como la entrada que estaba invadiendo lo aprisionaba y sentía las piernas de su omega aferrarse a él para que no lo dejara, luego sus pequeños dientes de Takemichi le mordieron el hombro y con sus manos le volvió a rasguñar la espalda...

Estaba totalmente marcado por su destinado y este tampoco se salvaba, solo que eran marcas menos desesperadas y un poco mas terrritoriales.

Aunque termino por venirse dentro, no formo el nudo, esta más conciente que días anteriores y pudo controlarse... pero con clara molestia del ojiazul.

-Eres tan molesto- se quejo Takemicchi.

-Y tu un obstinado...

Takemichi no discutió, la bruma del celo aun no pasaba y solo quería sentirse consentido como los últimos días. Ronroneo y dejo pequeños besos en el cuello del líder y este gustoso le abrazo y empezó a marcarlo con su aroma mientras daba pequeños susurros de felicitaciones a su pareja.

-Lo hice bien?- pregunto por inercia.

-Si omega, fuiste increíble...

Con aquella afirmación su instinto se calmo, acurrucado en los brazos del alpha, empezó a quedarse dormido, relajándose de saberse protegido.

Con aquella afirmación su instinto se calmo, acurrucado en los brazos del alpha, empezó a quedarse dormido, relajándose de saberse protegido

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A la mañana siguiente el primero en despertar fue a Takemichi, cansado y decepcionado de si mismo. Entendía donde estaba, de quien eran los brazos que lo rodeaban y no se arrepentía de nada.

Ámame en este tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora