CAPITULO 13

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En la casa Uzumaki se encontraban reunidos el matrimonio del rubio y el de los Sannin.

-¡Abuelo Jiraiya!- exclamó la azabache y corrió a sus brazos.

-¡Mi precioso girasol!- exclamó el peliblanco y repartió besos en el rostro de la niña- ¿Y tú hermano?.

-Se fue a una investigación junto a mi Nee-san- dijo y el mayor miró confundido a la otra pareja.

-Junto a su... Nee-san- repitió y el rubio asintió.

-Ya lo sabe, de hecho fue porque sus hermanos escaparon de la aldea en busca de respuestas- dijo y el mayor asintió.

-Por supuesto, tenían que heredar la peor parte de los padres, la compulsividad- dijo y bajó a la menor- pero si no fueran compulsivos no serían sus hijos.

El rubio sólo negó y abrazó a la Sannin.

-Me alegra que hayas venido- dijo y la mayor le sonrió.

-Tenía que venir, se trataba del mocoso que me saca de quicio.

El rubio le sonrió y se dirigió a la única hija del matrimonio.

-¿Cómo has estado Jirana?- Preguntó y la menor sonrió.

-¡Eh estado excelente! ¡Pronto iré a hacer las pruebas para el Anbu con Hisaku...! Aunque él no parece estar muy bien- dijo e hizo una mueca de dolor.

-Supongo que Sakura y Hinata están siendo muy duras en su entrenamiento- dijo el rubio y todos caminaron hacia el comedor.

-¿Qué era eso que nos querías decir muchacho?- Preguntó el mayor.

-Ah cierto- dijo miró al pasillos- será mejor esperar a los demás.

-Bien- dijo y se sentó- Por cierto, ¿Cómo fue que ese chico llegó aquí?.

Tsunade ya lo conocía, el día de su llegada el rubio se lo presentó y aunque al principio le pareció extraño poco a poco se acostumbró a verlo con la familia.

-Bueno, pues un día simplemente llegó y se presentó, al parecer Boruto y Sarada hicieron un Jutsu en las ruinas del templo Uchiha e Itachi se comunicó con ellos para después mediante un sueño pedirle a Itei que viniera a buscarnos- dijo y el mayor asintió.

-¡Mi primo Itei es muy fuerte, Jirana!- exclamó la ojicielo- debería unirse con ustedes en las pruebas.

Por la puerta entraron dos azabaches y saludaron a los presentes.

-¡Bien!- exclamó el rubio- ¿Por qué no comemos? Esta vez Hima me ayudó a preparar todo.

Naruto creó dos clones de sombra y los envío por la comida mientras él y Sasuke ponían los platos.

-Y dime, Sasuke- habló el peliblanco- ¿Piensas quedarte más tiempo en la aldea?.

-Me quedaré unos cuantos meses, no puedo dejar la expedición de las ruinas solo así, algo podría ocurrir y estaría en juego la paz que mis hijos deberían estar disfrutando- dijo y tomó asiento.

El mayor asintió y otra pregunta se hizo presente.

-¿Hace cuanto se fueron los niños?- Preguntó.

-Tienen once días fuera- dijo el rubio.

-¿Y no los han buscado?.

-Si no vuelven en tres días yo iré por ellos- dijo el azabache- a demás Kiba los cuida y nos ah estado enviando reportes.

El mayor asintió, si y tenían vigilancia entonces estaba bien, mientras sus pequeños ahijados volvieran sanos él no tendría problema.

-Bueno, comamos- dijo el Uzumaki.

HIJOS DE LO PROHIBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora