CAPITULO 5

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-Es aquí- los detuvo el pelician.

Luego de dos horas corriendo por fin lograron llegar a su destino.

-Mitsuki, Boruto, Sarada- les saludó el pelinegro en la entrada- vamos pasen.

-No los vieron llegar hasta aquí ¿Cierto?- Preguntó un peligris.

-No se preocupe, señor, nadie nos vio, Mitsuki se encargó de traernos por un punto ciego- aclaró la azabache.

-Bien, entonces entren- dijo el pelinegro.

Los tres jóvenes entraron suspirando de alivio, cuando salieron tuvieron que apresurar su camino ya que escucharón la voz de Kiba en el bosque, les sorprendía que no los oliera.

-¿Qué es lo que nos darás, papá?- Preguntó el pelician.

-Bueno, tengo aquí unos pergaminos con cordenadas a diferentes lugares, en donde si hacen estos sellos- dijo entregando un pergamino rojo con bordado dorado- comenzarán a obtener respuestas.

Los tres asintieron y comenzaron a meter los pergaminos en sus mochilas.

-¿Llevan comida suficiente?- Preguntó el pelinegro.

Los tres asintieron, Sarada se había encargado de ello.

-Bien, en ese caso lo mejor será que se vallan, el jōnnin que vigila la base puede venir en cualquier momento- dijo el peligris.

-Gracias por ayudarnos- dijo la azabache y tomó la cabeza del rubio para que hiciera la reverencia que se negaba a hacer.

Los tres nuevamente salieron y corrieron unos cuantos minutos más hasta encontrarse alejados de la base.

-Bien, veamos- dijo el rubio- el primer lugar es... El valle del fin... ¿Qué no quedó en ruinas luego de la cuarta guerra?.

Los otros dos se encongieron de hombros, si Orochimaru les había dado esas direcciones era porque algo había.

-En ese caso vamos- dijo el pelician- no estamos muy lejos.

Los otros dos asintieron y siguieron su camino.
En la aldea comenzaban a despertar, la familia Uzumaki fue de la primeras.

-Sasu, ¿Puedes ir a despertar a Hima y los chicos?, Yo iré a hacer el desayuno- dijo el rubio y sin esperar respuesta salió.

Sasuke se levantó con pesadez, tenía demasiado sueño por alguna extraña razón. Cómo los días anteriores, realizó un henge convirtiéndose en Hinata y salió a la habitación de la menor de la familia.

-Hima- habló mientras la movía- despierta.

La menor se removió un poco y abrió los ojos, dejando a la vista sus zafiros, tan idénticos a los de su mamá. Sasuke sonrió al verlos.

-Vamos a desayunar- dijo y la menor se levantó- abajo está papá, ve con él, yo iré a despertar a Boruto y Sarada.

La menor asintió y salió rumbo a la cocina. El Uchiha abrió la puerta encontrándose con nada, la cama estaba tendida, la bolsa de dormir no estaba y la ventana estaba abierta, entró y con desesperación comenzó a buscarlos, en la mesa había una nota, la leyó y bajó corriendo. El henge se había deshecho por la impresión.

-¡Naruto!- exclamó con su voz normal.

El mencionado abrió los ojos cuando escuchó la voz ¿Ya se le había olvidado quien fingía ser?.

-¡Naruto!- exclmó de nuevo llegando a la cocina- ¡Los niños no están!.

El rubio lo miró divertido, cuando Sarada se quedaba solían ir temprano a entrenar.

HIJOS DE LO PROHIBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora