CAPITULO 14

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-¡Buenos días!- saludó una azabache- mamá dice que bajes a desayunar.

El azabache miró a la pequeña y le sonrió.

-Buenos días Hima, dame unos segundos y bajo.

La menor asintió y salió de la habitación.
La noche anterior había sido la reunión de sus tíos con la ex-hokage y su esposo. La cena transcurrió normal hasta que llegó la hora de que sus tíos dieran la noticia del nuevo bebé.

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-Bueno...- habló el rubio- nosotros los citamos hoy para darles una gran noticia.

La Senju miró con ternura al chico, hace años que no lo miraba sonreír de esa manera.

-¡Adelante!- exclamó el peliblanco- ¡Danos esa gran noticia!.

El rubio miró a su pareja quien le tomo la mano y depositó un beso en su mejilla.

-Verá, Jiraiya- comenzó el azabache- hace tiempo que volví a la aldea y usted sabrá que toda pareja necesita un rato a solas luego de tiempo sin verse.

El mayor asintió y miró a su mujer, era una tortura estar sin su rubia agresiva, podía decir que incluso extrañaba los golpes que está le daba cuando la hacia enojar.

-Pues nosotros tuvimos ese rato la semana pasada- dijo el rubio y Tsunade lo miró con seriedad al notar a que iban- y... Pues, justo hoy nos enteramos que ese "rato" dió sus frutos- posó su mano sobre su -aún- plano vientre.

El peliblanco parpadeó un par de veces antes de levantarse del sofá con un aura asesina rodeándolo.

-¡Te voy a matar, Uchiha bastardo!- exclamó y corrió en dirección al azabache.

La ojimiel lo tomó de su chaleco y lo obligó quedarse quieto.

-¡Suéltame Tsunade! ¡¿Cómo se atreve a ponerle una mano a mi niño?!.

Himawari miraba con gracia la situación, se preguntaba ¿Cómo reaccionarian sus hermanos ante la noticia?.

-¡Siéntate y cállate!- le ordenó y el peliblanco volvió a su lugar- los felicito a los dos, aunque supongo que saben lo que tendrán que hacer.

-Por supuesto- dijo el rubio- pero no lo haremos.

La rubia lo miró confundida.

-No dejaremos que otro hijo nuestro viva en una mentira, y no permitiremos tampoco que nuestros hijos tengan que esconder su identidad ahora que la saben- dijo el azabache.

-Es hora de hablar con la verdad, Oba-chan, mis hihos se fueron de la aldea en busca de respuestas que debieron obtener hace años- dijo y miró a su hija menor- quizás nos vuelvan a tomar como bichos raros, pero si estamos todos juntos sus insultos ya no harán efecto en nosotros, mis hijos merecen una familia, merecen a su familia, y estoy dispuesto a todo con tal de verlos juntos, como debió ser desde el principio.

La rubia sonrió, si esa era su decisión ella no tendría problema.

-Me parece perfecto- dijo y se acercó a ellos- pero tendremos que hacer un plan en caso de que todo salga mal.

-Y lo tenemos- dijo el azabache.

-Iré por el sake- dijo el peliblanco y salió de la casa.

-Niños- habló el rubio- ¿Por qué no van a jugar afuera?.

-Si mami- dijo la azabache y su primo solo asintió.

HIJOS DE LO PROHIBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora