CAPITULO 15

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Holi (• ▽ •;)
Discúlpenme que no haya actualizado, mi mamá canceló el internet para contratar otro... Pero no contamos con que se atrasarían 5 días en poner el nuevo (〒﹏〒).

Bueno... Los dejo con el capítulo
(• ▽ •;).

•||||||||||•

Por el bosque caminaba un grupo de siete ninjas, algunos más agotados que otros pues llevaban horas caminando.
Un pequeño rubio llevaba en su espalda a su hermana melliza, quien iba totalmente dormida pues salieron de la guarida sin siquiera dormir.

-¿Quieres ayuda?- Preguntó la pelirroja.

-No, está bien- dijo y acomodó a su hermana- ¿Cuánto falta para llegar?.

-No mucho, tan solo unos minutos más- dijo el Inuzuka.

La azabache se removió en la espalda de su hermano y se despertó tallandose los ojos para después bostezar.

-¿Cómo dormiste?- Preguntó el rubio.

Su hermana le sonrió y le hizo una señal para que la bajara.

-Muy bien, gracias- dijo una vez estuvo de pie y bajó la voz- oye... ¿No estabas saliendo con Mitsuki?.

-Por supuesto- dijo y la miró extrañado- ¿Por qué?.

-Bueno... Llevan unos días saliendo y... No lo sé, los veo- dijo y tosió- algo distantes.

-Ah, es eso- dijo y miró a su pareja quien le sonrió- hablé con él antes de partir de la aldea nómada, hablaremos primero con papá y mamá para que aprueben nuestra relación. Lo estuve meditando unas horas y no me gustaría estarme besando y filtreando con él sin el consentimiento de ellos.

La azabache le miraba atónita, ¿Realmente era su hermano o se lo habían cambiado?. Con una enorme sonrisa aprobó a su hermano, al parecer aquel viaje lo hizo madurar aunque sea un poquito.

-¡Por fin!- gritó el rubio al visualizar las enormes puertas de la aldea.

Los cuatro pertenecientes a Konoha suspiraron de alivio, por fin podrían darse un buen descanso.

-¡Vamos, Sarada!- exclamó el rubio al pasar las puertas- ¡Tenemos que ver a mamá y papá!.

La azabache sonrió y junto a su hermano corrió en dirección a la casa del hokage.

Lo dos encargados de la puerta los miraron extraños, no sabían que había pasado desde que se fueron pero habían vuelto un poco raros.

-Y se les olvidó que desertaron de la aldea por más de una semana- dijo la pelirroja.

-Tendrán que asumir las consecuencias- dijo el peliceleste.

-Deberíamos dejarlos disfrutar del momento- habló el pelinaranja- ya después tendrán que arreglárselas.

Los otros tres asintieron y se miraron.

-Tengo que darme un baño- dijo el Inuzuka- supongo que aquí nos separamos.

-Bien- dijo el peliceleste- quítate las pulgas.

El Inuzuka le miró mal para después sacarle el dedo medio e irse lo más rápido que sus piernas le permitieron.

-Yo también tengo que irme- dijo el pelician y se despidió con un movimiento de manos.

Boruto y Sarada corrían ya sin fuerzas, habían estado generando demasiado chakra por días y sus horas de descanso no fueron las mejores. Ambos sonrieron al ver su casa frente a ellos, por fin estarían con sus padres.

HIJOS DE LO PROHIBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora