CAPITULO 10

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Una tenue luz se infiltraba a la habitación de los tres jóvenes quienes parecían llevar años sin dormir. Un extraño ruido hizo eco por los pasillos alertando a la poseedora del Sharingan de tres tomoes.

-Boruto- susurró pero su hermano no respondió- Boruto despierta, creo que hay alguien afuera.

El rubio no parecía querer despertar por lo ue tuvo que salir sola de la habitación. Con un Kunai en mano y el Sharingan activado la azabache daba pasos cuidadosos, una sombra se vio al fondo del pasillo y un Kunai voló en su dirección, afortunadamente lo pudo esquivar.

-¡Muéstrate!- ordenó.

Un hombre de largos cabellos castaños apareció frente a ella, detrás de él dos hombres mas salieron con sacos en los hombros.

-¿Pero qué tenemos aquí?- dijo uno de ellos- ¿La llevaremos también jefe?.

Si la azabache sintió miedo no lo demostró, hundió el entrecejo y empuñó con fuerza su Kunai.

-Por lo visto es una Uchiha- dijo otro hombre- por lo que sé solo quedan tres Uchihas vivos, ella debe ser la hija del tal Sasuke, si la llevamos podriamos pedir un rescate, tendríamos mucho dinero jefe.

Al parecer eran estúpidos, su padre lo último qué haría sería hacer negocios con tres idiotas, antes los hace arder con las llamas del Amaterasu por tocar a sus hijos, y ni hablemos de su madre, seguramente les mete un Rasengan por donde el sol no les da.

-Ven acá pequeña- dijo el castaño y trató de tomarla del brazo.

Sarada le enterró el kunai en el brazo y dio unos cuantos saltos haca atrás.

-Hija de puta- dijo quitándose el arma- si no es por las buenas será por las malas.

Los otros dos hombres dejaron los sacos en el suelo y corrieron en su dirección, la azabache comenzó a correr y antes de doblar el pasillo tocó la puerta donde sus compañeros dormían.

-¡Ven aquí mocosa!- exclamó él castaño.

Sarada corría entre pasillos para que al atacarlos la estructura no callera sobre su hermano y su amigo. Se detuvo una vez que no hubo salida del lugar, los tres hombres sonrieron creyendo que por fin la tenían pero sus sonrisas se fueron cuando la menor imitó su acción.

La azabache reunió todo su chakra en su mano y la impactó contra el suelo haciendo un enorme cráter, las paredes comenzaron a temblar y el techo cayó encima suyo.

Kiba afuera pelaba contra otros dos hombres cuando el suelo se sumió llevandose a los tres.

-¡Sarada!- exclmó el rubio mientras con desesperación quitaba los escombros.

-Estoy aquí- dijo saliendo debajo de una de las paredes.

Boruto miraba confuso a su hermana, una manta de chakra rojizo la cubría, pero eso era lo de menos, ella estaba bien y eso era lo que importaba.
Boruto y Mitsuki corieron en sy dirección.

-¿Qué es esto?- preguntó la azabache.

-No lo sé, parece ser chakra, a demás te protegió del derrumbe- explicó mientras le sacudía el polvo una vez que el chakra se había ido.

Los tres se alejaron un poco de la zona cuando Kiba salió tosiendo de emtre los escombros, haciendo molestar un poco al rubio.

-¿Tío Kiba?- preguntó.

El castaño los miró y corrió hacia ellos.

-¿Están bien? ¿No les pasó nada?- en su mirada se notaba la preocupación.

HIJOS DE LO PROHIBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora