CAPITULO 28

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Perdonen que no haya actualizado está historia, no tenía idea de cómo desarrolla las ideas que tenía, pero recién me llegó la inspiración uwu

Espero les guste el capítulo.

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-¡Naruto!- gritó la Yamanaka mientras corría detrás de él- ¡Dijeron que te resguardaras!.

El rubio hizo caso omiso y trató de seguir su camino.

-¿Qué crees que haces?- Preguntó un azabache parándose frente a él.

-Madara...- murmuró el rubio.

-Los niños se estuvieron preparando por años para este momento con tal de salvarlos a ustedes y a sus hermanos, no arruinen esto entrometiéndose- dijo y miró al otro azabache que llegaba a su pareja- esperábamos que llegarán en unos meses más, pero al parecer decidieron apurar las cosas.

-Tengo que verlos- dijo el rubio al borde de las lágrimas- si se enfrentan a ellos y no los vuelvo a ver... Por favor, ya estuvieron mucho tiempo lejos de mi.

Madara le puso una mano en el hombro y asintió.

-Los irás a ver, pero no te acercarás mucho, nuestro plan tiene algunas fallas, y tendrá mas si ustedes entran en batalla- dijo y los acercó al lugar.

Sasuke y Naruto no daban crédito a lo que veían, su pequeños tenían un Rinnegan y estaban dando todo de si en aquella pelea.

-¡Boruto!- exclamó Himawari y le lanzó una fuma shuriken.

La menor creo diez clones de sombra y corrió en dirección a los "visitantes".

-Sasu... ¿Eso no...

El rubio lanzó la fuma shuriken y el Otsutsuki de cabellos largos la esquivó sin esperar que está desaparecería y en su lugar estaría Itei.
El azabache corrió a él haciendo que el otro se pusiera a la defensiva y tratará de golpearlo. Cuando el Uchiha iba a dar un golpe, una extraña luz se hizo presente y aparecieron las dos azabaches para con chakra del zorro inmovilizarlo y encestarle un buen golpe.

-Sarada maneja muy bien el Rinnegan- dijo el pelichicle.

Los mayores miraron al Uchiha a su lado quien miraba aquella pelea con el orgullo bien marcado en el rostro, él había entrenado a aquellos chichos que ahora alagaban.

En la pelea los Otsutsuki se vieron en aprietos al ser tomados por el jutsu de posesión de Shikadai ya que les habían comenzado a llegar golpes de todos lados y no tenían tiempo de reaccionar.

-¡Inojin!- exclamó la ojicielo.

El nombrado sacó un enorme pergamino e hizo uno de sus dibujos -los cuales con el tiempo había mejorado-.
Un enorme tigre de tinta salió del papel en dirección a los Otsutsuki y sus compañeros se quitaron del camino.

-¡Kinshiki!- exclamó el de largos cabellos.

Todo paso muy rápido, aquellos extraños seres habían sido sellados en el pergamino.

-¿Funcionó?- Preguntó el rubio y miró a sus compañeros.

La Akimichi estaba junto al pielnivea, si algo salía mal ella se encargaría de usar su jutsu y aplastar a aquellos hombres.

-¿Lo lograron?- Preguntó el rubio mayor.

Todos los de Uzu festejaron y trataron de acercarse pero varios clones de Madara se los impidió.

-No, como dije, el plan tiene fallas, ellos pueden salir en cualquier momento, no se acerquen.

Tan pronto como dijo aquello una explosión cubrió el lugar lanzando a los menores hacia los edificios.

HIJOS DE LO PROHIBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora