Yelena Belova (Sin ti, mi mundo moriría)

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Sin ti, mi mundo moriría

-Yelena

-______

-Te fuiste

-Para protegerte. - La chica rió amargamente.

-No puedo. -La puerta de la casa se cerró dejando a la rubia en la puerta con el corazón roto y los restos en sus manos. Pero se lo debía.

Yelena miró a la chica que dormía en su pecho. Era preciosa, le acarició la mejilla. Notaba el cuerpo desnudo y suave de la chica entre sus brazos. Se incorporó odiandose a sí misma y a aquel que ponía en peligro a su novia. No pudo evitar enamorarse de ella, nadie podía. Se dijo que todo estaría bien, que no la expondría al peligro, que nadie le haría daño y ahora era ella quien se lo hacía, le rompería el corazón pero mejor romperselo a que muriese. Le besó la frente y la mejilla y se levantó. Se vistió en silencio y tras quedarse unos minutos mirándola salió de la habitación y se marchó de la casa para no volver sin darse cuenta de que se había dejado una sudadera, que se convertiría en el amuleto y prenda nostálgica para _______.

La rubia se dejó caer en el suelo apoyándose en la puerta, enterró el rostro entre los brazos y las piernas. No se iría de allí hasta que no hablase con ella.

Yelena llegó a su apartamento tras haber salido a pasear por las calles nevadas de la gran ciudad con _______, por debajo de la puerta habían metido un sobre blanco alargado, la ex-viuda negra lo cogió y lo abrió cautelosamente. En él, había distintas fotos de su novia de diferentes días, algunas de cuando salía a hacer mandados, otras de cuando iba al trabajo, en algunas se la veía con ella o con sus amigas. A la rubia se le heló la sangre de pensar que podrían hacerle daño a su novia. También, había una carta escrita a ordenador en ruso, en la qué, básicamente, le decía que mataría a ______ si no obedecía sus exigencias. Yelena nunca se había rendido sin pelear pero esta vez lo hizo. Nunca había estado en juego la vida de la chica a la cuál amaba por encima de todas las cosas. El día siguiente, lo pasó con ella pero por la mañana se marchó sin decir palabra como le exigieron. Todas las semanas la veía desde lejos para saber si estaba bien y eso era lo que más le dolía, las primeras semanas la joven parecía destrozada pero poco a poco iba recuperando el color y la energía, la estaba superando. De eso hacía casi cuatro meses.

Escuchaba los sollozos amortiguados, por la puerta, de _______. Eso le rompía el corazón y cuánto más tiempo pasaba más se le rompía y le carcomía.

-yelena, porfa. -la chica le hacía pucheros.

La aludida suspiró y puso los ojos en blanco.

-Vale. - La rubia miró a su novia, la cuál estaba súper feliz y jalandola hacia la taquilla.

Alquilaron los patines y entraron a la pista. ______ no sabía patinar muy bien pero peor lo hacía la ex-viuda negra, quien no tenía ni idea de cómo patinar. Ambas pasaron un rayo increíble y muy divertido, rieron cada vez que alguna caía y aplaudieron cuando alguna de ellas conseguía hacerlo bien. Tras aquel divertido rato ambas jóvenes, cogidas de la mano, camino de una cafetería. En el café, merendaron chocolate caliente entre risas. La rubia cada vez que bebía la bebida caliente se le creaba un bigote de chocolate.

Notó los pasos de _______ viniendo hacia ella, se movió un poco cuando abrieron la puerta.

-Entra. -A la chica se le notaba que había estado llorando largo y tendido. Se echó a un lado permitiendo a la invitada entrar, cerró la puerta y ambas se dirigieron al salón. La casa estaba igual que el día que la rubia se marchó, aún había algunas fotos de ambas colgadas en la pared.

______ se sentó en el sofá mirando a la que fue su novia hacía mucho.

-¿Para que viniste?- La voz sonó totalmente improvista de sentimientos excepto al final cuando se quebró un poco.

-Tenemos que hablar. -La rubia empezó a narrar todo lo ocurrido desde que recibió aquel sobre. Había creído que le costaría narrar todo pero la información salió de su boca sin si quiera pensarlo. -Hasta hace dos semanas no estaba segura de que había acabado con toda la red simpatizante de la Habitación Roja. Creí que debías saberlo.

Se dio cuenta de que las lágrimas habían estado corriendo por sus mejillas, miró a la chica, la cuál estaba también llorando pero en shock. Ahí ya no tenía nada más que hacer, se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta cuando le agarraron el brazo. Se giró, quedaron cara a cara.

-Porfa no te vayas. -Le limpió las lágrimas y la guió de la mano hasta el sofá. La abrazó fuerte. -Gracias por protegerme, Yelenita.

-Sin ti, mi mundo moriría. Eres mi sol y sin ti todo sería oscuridad. Nada me da más miedo que enfrentarme a esa oscuridad,... sin ti.

Ambas se quedaron abrazadas de vez en cuando derramando una lágrimas, otras veces se decían cuánto se querían, en algunas ocasiones se besaban para aprovechar el tiempo perdido.

"Sé que he dado contra el mundo y he perdido la esperanza
Porque aunque llevo cargas del pasado
Cuando ella está a mi lado se equilibra la balanza
Y nada me cansa" Morat

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