Capítulo XXI

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Hubiese preferido un viaje de carretera hasta llegar a San Francisco, pero era imposible hacerlo y estar a tiempo, ni siquiera para el brindis. De todos modos lo mejor era tomar un avión, una opción más rápida y segura; bueno eso decían las estadísticas.

No suelo ser una persona amante de los aviones, sino más bien temerosa de ellos; siempre antes de tomarlos o en pleno vuelo me pongo a pensar en que pasaría si ocurriese un accidente. Sin importar lo mucho que me concentre en otra cosa, siempre siempre pasa esa trágica idea por mi cabeza. Aunque esta vez el viaje se hizo más ameno gracias a que contaba con la presencia de Jin, que no paraba de sacarme información acerca de mi familia y de mí.

La única mentira que tendríamos que decir es que somos una pareja; porque en cuanto a cómo nos conocimos o el hecho de que vivimos juntos hace ya dos meses; bueno esas no eran mentira, por lo tanto tendríamos las cosas fáciles.

Para suerte de ambos teníamos un lugar donde quedarnos; no era lujoso ni un hotel de cinco estrellas pero estaba estratégicamente situado en la zona residencial del distrito Richmond.

Gracias a un viejo amigo, quien me prestó su estudio para que pudiésemos quedarnos este fin de semana. Por fuera lucía como un pequeño almacén de paredes de ladrillo rojo. Por dentro constaba con dos pisos; el primero era una especie de estudio-oficina donde tenía todos sus materiales de trabajo estanterías repletas de planos y varias mesas con algunas maquetas a pequeña escala.

El segundo piso solo ocupaba la mitad del lugar y funcionaba como una habitación de estilo eco-moderno y diseño sencillo; equipado con una cama, un refri y una mesa plegable de madera con dos sillas.

Afortunadamente también tenía permiso para usar la vieja scooter, que en mis tiempos de secundaria nos llevo a todos los rincones de la ciudad. Joel ya no la utilizaba; y cómo culparlo si ahora conducía una motocicleta japonesa de último modelo. Pero el scooter funcionaba a la perfección según él; además nos vendría como anillo al dedo, porque pensaba retribuir el favor que me estaba haciendo Jin.

Se haría muy difícil recorrer los lugares más populares en un auto, principalmente por el tráfico que siempre había en la ciudad. Pensaba llevarlo a hacer un poco de turismo, por supuesto conmigo sirviendo de guía y además de chófer.

Esto definitivamente se pondría interesante. Primero que nada por la cara de terror que puso Jin al ver nuestro vehículo destinado, segundo y aún más aterrador por el hecho de que le dije que yo sería quien conduciría.

Apenas teníamos seis horas para hacer todo el recorrido, llegar para alistarnos y estar puntuales en la ceremonia.

— Te has vuelto loca.— le escuché quejarse mientras entre los dos cerrabamos el local— Quieres que nos matemos en esa cosa.

Lo miré con sospecha y me eché a reír.

— No me digas que tienes miedo de montar en una scooter que ni siquiera puede rebasar los ochenta kilómetros por hora.

Me crucé de brazos esperando por su respuesta, pero el pobre no tenía idea de qué decir o hacer.

— Podemos ir en taxi... creo que sería más cómodo.— repuso después de meditarlo un rato.

— Nop.— le lancé un casco que supo atrapar sin problemas— Hay poco tiempo y varios lugares que visitar. Y solo en esta maravilla podemos atravesar el tráfico de la ciudad sin perder ni un minuto.

— Ok, pero conduzco yo.

Apenas pude quitar el seguro, me arrebató las llaves y se montó de inmediato.

Seven nights with you | jjk + ksj Donde viven las historias. Descúbrelo ahora