Capítulo XXV

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Me dolían bastante los pies, incluso me habían salido algunas ampollas. Ya eran pasadas las siete de la noche y para mi sorpresa cuando arrivé al departamento no había nadie. Mi maleta ya no estaba en la sala pero en cambio otra ocupaba el lugar junto al mueble de la tele.

No me preocupé mucho por ello y fui directo a tomar una ducha rápida y prepararme algo de comer, porque moría de hambre. Mañana si que sería un día largo; comenzaba las primeras prácticas en el tribunal de la ciudad; ya era hora de comenzar a asistir a alguno que otro juicio, por no mencionar todos los créditos y beneficios que esto tendría para mi rendimiento académico. La parte no tan genial era que mañana también me tocaba trabajar en el bar en el turno de la noche.

Sin pensarlo mucho junté un poco de todo lo que pude encontrar en la nevera y me hice con un sandwich de jamón, queso y tomate. No es que hubiesen muchas opciones, básicamente yo o Jin éramos los encargados de hacer la compra semanal. Muchas de las veces que comíamos en casa era porque alguno de los dos cocinaba para todos; ya que Jungkook casi nunca estaba.

¡Ahg! No quiero ni tener que pensar en ese estúpido, por su culpa pasé la vergüenza del siglo.

Prendí la tele y comencé hacer zapping pasando una y otra vez por los mismos canales; hasta que me decidí por un canal de noticias, al que no presté mucha atención porque un rato después apareció Jin con dos bolsas de plástico.

Tomó asiento junto a mí y sacó de una de las bolsas dos latas de cerveza y de la otra una caja con piezas de pollo frito. Solté de inmediato el sandwich; que casi se mantenía intacto y pillé un poco de pollo. Se descalzó y sentó a mi lado, en posición de indio. El sonido de su celular lo hizo soltar un bufido.

— Se puede saber... ¿porqué esta es la segunda vez que Jungkook me pregunta si has llegado a casa?

Vaya ahora tenía cargo de conciencia; pues se puede ir mucho a la mierda, que se joda.

— Dice que tu teléfono le da apagado.

Cierto, se quedó sin batería y aún está en las mismas condiciones ya que no me he tomado la molestia ni siquiera de acordarme de el.

— Me quedé sin batería.— dije levantando los hombros en un gesto despreocupado.

— A que viene la insistencia... ¿ustedes estaban juntos o algo?

— Nos encontramos cuando íbamos de salida.

Sin darle mucha importancia tomé de la cerveza que Jin había abierto para mí. Señalé la maleta que se encontraba en la esquina con mi índice.

— Esa es la maleta de tu novia. ¿Verdad?— quise averiguar.

— No.

Su escueta contestación me molestó un poco; aunque no tenía porqué darme explicaciones. Supongo que mi cabreo se debía a lo sucedido esta tarde con el energúmeno de Jungkook, y el suyo por el pleito con esa chica.

Después de estar unos minutos en silencio compartiendo el pollo y la cerveza, acercó su mano a los dedos de mis pies y lo pasó con delicadeza por encima de donde las ampollas habían salido. Ambos nos miramos en silencio con una expresión lastimera.

— Sandalias nuevas.— dije sin preocuparlo mucho.

Se levantó de sofá y en cuestión de segundos se acercó con un recipiente en forma de palangana que guardábamos en un gabinete del baño; lo trajo lleno de agua del grifo. Lo colocó con cuidado en el suelo, frente a mí. Lo demás lo deduje yo. Metí ambos pies en el agua y de inmediato se sentí un alivio placentero en las plantas que aún ardían un poco.

Seven nights with you | jjk + ksj Donde viven las historias. Descúbrelo ahora