A la mañana siguiente regresamos a casa y no se habló del beso ni nada que tuviera que ver. No se hizo incómodo para ninguno de los dos pero parecía que había sido como un sueño, de esos en los que estas despierto. Como si en realidad nunca hubiese sucedido.
Al llegar a nuestro edificio, todo el frente y las escaleras estaban repletas de cosas y cajas, lo que indicaba que alguien se estaría mudando y por la época de año se podía suponer que fueran universitarios; puesto que en dos dias culminarán oficialmente las vacaciones y comenzaría un nuevo semestre, dado que además la mayoría de los que vivíamos en esta zona éramos estudiantes por los alquileres accesibles.
Jin se adelantó con la maleta para poder abrir la puerta mientras que yo me había quedado atrás tratando de sortear con cuidado las cajas y muebles en la entrada. Las chicas que se mudaban al segundo piso parecían muy contentas y entusiasmadas con toda la situación mientras el conserje del condominio las ayudaba con las cosas de la mudanza y les informaba acerca de los vecinos y los lugares cercanos que les podían ser de interés.
Al notar mi presencia hicieron una pausa y me saludaron con efusión; incluido el conserje quien extrañamente se notaba feliz a pesar de que su expresión habitual estuviese bastante lejos de eso. Correspondí a su saludo y continúe hacia el siguiente piso.
Al llegar a la puerta del departamento me quedé un poco tiesa porque desde fuera se podían escuchar unos gritos extraños en un idioma que le había escuchado a los chicos en un par de veces, pero que de igual manera no entendía ni una sílaba. Miré por el pasillo a ambos lados para comprobar que no me había equivocado de puerta y así era, pero lo que en realidad me sorprendió es que entre los gritos se podía identificar la voz de Jin y la otra voz era de... ¿una mujer?
Sin darme cuenta me encontraba muy cerca de la puerta como vieja chismosa con el oído pegado a ver que podía escuchar. De un momento a otro la puerta se abrió y perdí el equilibrio chocando mi nariz contra el pecho de Jungkook.
Dolía mucho, se sentía como si se me hubiese roto el tabique y hasta el cerebro. En lo que me frotaba el lugar del golpe puede visualizar por unos ínfimos segundos la cara de Jin que se había puesto del color de una langosta recién hervida; de espaldas se veía una larga cabellera negra de una chica, enfundada en unos skinny jeans y unas botas altas, y mi pobre maleta en el medio del salón.
Aún se estaban gritando y no se percataron de mi presencia, ni siquiera creo que se acordaran de que Jungkook también se encontraba allí. Las manos de Jungkook se aferraron fuerte a mis brazos y en un momento ya estábamos bajando las escaleras a toda velocidad.
Me tomó un instante en recuperarme del golpe sintiendo mi nariz arder hasta el punto de sacarme algunas lágrimas. Al llegar al rellano del segundo piso el muy genio se digno a preguntar si me dolía mucho; le miré de mala gana dándole a entender lo obvio.
- No te pasó nada.- afirmó revisando mi nariz, colocando sus pulgares a los costados de esta y levantando mi cabeza con suavidad- Pero... ¿porqué estabas escuchando detrás de la puerta? ¿No traes llave?
Cierto. A veces ni yo misma entiendo las cosas que hago.
Sus pulgares se encargaron de recoger la humedad debajo de mis ojos; de inmediato aparté sus manos de mi cara y me dispuse a volver al departamento.
- No, no, no.- prohibió colocándose justo en medio para así bloquear el paso con su figura corpulenta.
- Anda déjame pasar, no estoy para juegos.
- Lo mejor es que dejemos que se calmen las cosas y que ellos puedan hablar con tranquilidad.
Lo miré un poco extrañada por todo lo repentino y misterioso de la cuestión, por lo menos para mí que no me estaba enterando de nada.
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Seven nights with you | jjk + ksj
Fanfiction- Siete noches. Estaba concentrada en el camino cuando de repente le escuché hablar. Justo en en el momento que trataba de mantener el equilibrio me tendió una mano. La miré dudosa; sin embargo la tomé con total confianza. - Siete noches.- volvió a...