Capítulo V

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Entonces sí pasó algo anoche. Claro, quizás me dio calor y eso explica que amaneciera sin ropa interior, pero bueno qué carajos. Aun traía puesto su polo blanco. ¡Ay madre santa! En serio que no entiendo porqué se comportaba de esta manera. Me está sacando de quicio este tipo.

Se había separado un poco para así verme a la cara. Acunando mi mejilla con su mano derecha daba leves masajes en mi pómulo, con su pulgar me hacía cosquillas. Con sus ojos negros escaneaba cada rincón de mi rostro, para terminar por posarlos en mis labios, los contemplaba con intensidad y se remojaba los suyos.

— No. Solo vine a buscar mi brasier.— mi voz salió débil.

Cambió totalmente su expresión, como si estuviera hablando en una lengua desconocida. Me miraba escéptico, como si no se lo pudiera creer. No era para menos. Soy experta matando todo tipo de momentos, esta vez con toda intención.

Completamente confundido, le tomó por sorpresa mi respuesta. ¿Qué esperaba? Que me derritiera por él, acaso se pensó que me iba a liar con él. Pues no. No se esperaba que dijera eso.

Me dió mucha gracia su expresión, estaba medio perdido tratando de buscarle una explicación a mi rechazo. Quería soltar una carcajada, pero apreté mis labios en una fina línea para no hacerlo. Su agarre se hizo más débil, hasta que despegó sus brazos de mi. Pasó por mi lado y se adentró en su habitación dejando la puerta abierta. Quede estática en mi actual posición.

— No hasta que me devuelvas lo que es mío.— ahora la confundida era yo.

Pasado unos largos segundos volteé a verlo. Gracias al cielo ya se encontraba completamente vestido, llevando unos vaqueros rasgados por las rodillas y un hoody negro. Por un momento me había olvidado que aún llevaba su chaqueta; aunque hace un momento me había olvidado hasta de mi nombre.

Sin pensarlo dos veces me la quité y me acerqué para entregársela. Él la tomó sin problemas. Abría los ojos como si hubiera visto algo que llamó mucho su atención. Al seguir su mirada me percaté que me estaba observando los pechos, pero bueno qué tipo más descarado.

Definitivamente todos estan cortados por la misma tijera. No voy a negar que mis pechos sin el brasier se notaban bastante, pero eso no era excusa para que él se les quedara mirando como embobado.

— ¿Qué pasa? Viste algo que te gustó.— dije cruzándo los brazos, pero esto hacía que se ajustaran y se notaran aún más.— Ya te di tu chaqueta. Es tu turno.

Riéndose se dirigió a una de las gavetas de su mesita de noche, la que se encontraba más cerca. Sacó mi brasier de ahí levantando este en el aire y lo agitaba como si fuera una bandera. Estúpido. ¿Cuántos años se cree que tiene?

— ¿Lo quieres?— preguntó sonriente, alzando ambas cejas.

Puse los ojos en blanco y caminé hasta él para tomarlo. El tipo era alto y tuve que pararme de puntitas para alcanzarlo; ni aún así pude. Se lo pasaba de una mano a otra, y yo daba pequeños brincos para atraparlo aunque no tuve suerte.

De un momento a otro me lancé molesta sobre él. Estaba perdiendo la paciencia y no solo eso también el equilibrio. Ambos caímos sobre la cama. Perfecto, lo que me faltaba. Él se encontraba debajo agarrando mi cintura con uno de sus brazos; las piernas le colgaban en el borde de la cama.

Yo encima de él, un poco más arriba, logrando así mi cometido y rescatando mi brasier de sus garras. No me había dado cuenta que mis pechos estaban en su cara. ¡Qué vergüenza por dios! Todo tenía que salir mal cuando él estaba cerca.

Sentía como se reía debajo de estos. Pervertido. Me apresuré a salir de la cama, pero no me dejó haciendo su agarre aun más fuerte y apretando, ahora con ambos brazos. Logré separarme solo poco cuando apoyé mis brazos flexionados contra su pecho, quedando los dos cara a cara.

Seven nights with you | jjk + ksj Donde viven las historias. Descúbrelo ahora