Capítulo XII

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La fiesta se celebraba en casa del nuevo representante de los chicos. Según por lo que me había contado Jin era un hombre con grandes aptitudes y posibilidades; como por ejemplo el dinero que se cargaba. Además de que aseguraba que los chicos en poco tiempo serían un gran éxito y una buena inversión.

El lugar era enorme. Parecía un condominio aunque solo tenía dos plantas. Todo el jardín estaba completamente alumbrado y desde fuera se podía sentir el bullicio de la fiesta. Se encontraba cerca de la playa y a pesar de ser verano la brisa nocturna se hacía notar, sobre todo porque llevaba un simple vestido de tirantes; que por cierto ahora que lo pienso, fue una pésima idea.

Al bajar del coche el aire fresco se encargó darme la bienvenida, sentía todo mi cuerpo erizado y acto reflejo mis labios formaron una o. Me abracé a mi misma, frotando un poco mis manos sobre mis brazos para entrar en calor. Estiré mi espalda para disimular el frío.

Caminé detrás de Jin, quien abría paso entre la multitud; que era bastante. Creo que habían más de unas doscientas personas. El lugar se veía refinado por ser casa de ricos, no obstante todos los invitados iban vestidos de forma bastante casual, para nada de etiqueta. Eso me hizo sentir más cómoda con mi vestimenta.

Me molestaba un poco las miradas de chicas y chicos que al pasar me reparaban de pies a cabeza; no tenía mucha experiencia en este tipo de fiestas. La verdad es que no estaba adaptada a captar la atención de nadie; siempre pasaba desapercibido. Siempre.

Pero esta vez no era así, quizás el cambio de look tenía algo que ver. Puede ser que me hayan reconocido, digo después de lo de la cámara de los besos. Sin saber ni siquiera a dónde nos dirigíamos, sentí la necesidad de buscar a Jungkook. No le había visto desde que nos bajamos del coche. Aun así no había rastro de él. Fue solo cuestión de segundos y ahora Jin también había desaparecido. Me distraje por un momento y fue suficiente para perderlos de vista.

No conocía prácticamente a nadie, las pocas caras que me eran conocidas solo los había visto un par de veces, tal vez en universidad o en el centro de la ciudad; no sabría decir. Ninguno con quién tuviese suficiente confianza como para entablar una conversación.

Decidí seguir buscándolos mientras paseaba por los alrededores. La decoración era bastante simple, lo que llamó más mi atención fue que la alberca estaba llena de globos de varios colores; se veía lindo. Igual el patio; iluminado y decorado con luces del multicolor. Cerca de la piscina unas cuantas mesas para los invitados. La mayoría yacían parados o bailando en la pista al ritmo que mezclaba el DJ; que se encontraba en una una pequeña tarima al fondo.

Sin tener idea de qué hacer, me acerqué a la mesa donde estaban las bebidas. De una gran nevera saqué una lata de cerveza. El metal frío al hacer contacto con mi mano hizo que me estremeciera. Mi cuerpo se sacudió. Tomé un sorbo y busqué mi móvil para llamar a Jin. La música tan alta no me dejaba escuchar bien.

A pesar de insistir varias veces, él no contestó. Tenía bastante frío, frotaba mis manos y cruzaba mis brazos en un intento fallido por calentarme. Alguien me sorprendío agarrándome del brazo. Me dió media vuelta, lo que hizo que tirara la cerveza al suelo.

— ¿No estabas con Jin?— Jungkook me miraba con la cabeza inclinada hacia un lado.

— Sí, pero lo perdí de vista. Tú tampoco aparecías.— con una servilleta me agaché para limpiar mis zapatillas salpicadas de cerveza.

Jungkook el buen samaritano se estaba quitando la chaqueta y me la tendió sin mirarme.

— ¿Qué estás haciendo?— pregunté asombrada.

— Pareces una gelatina.— dijo con molestia.

Un momento, esto es épico. Jungkook tiene modales. Se preocupa por el prójimo. Increíble. Quizás su actitud de chico malo es solo una fachada y en realidad es un chico tímido e inocente.

Seven nights with you | jjk + ksj Donde viven las historias. Descúbrelo ahora