Capítulo X

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By Jungkook.

Otra mañana despertado por el fastidioso sol, se metía por las endijas de la ventana, a mi lado otra rubia, con un trasero despampanante. No estoy seguro cuál sea su nombre, pero no creo que se moleste si la llamo princesa y le pido por favor que me ayude con mi erección mañanera.

Posé mi mano en uno de sus glúteos y lo apreté fuerte haciendo que esta se removiera y girara mostrándome su rostro. Definitivamente no tengo ni idea de quién era. No le tomó mucho tiempo entender lo que buscaba y sin necesidad alguna de los buenos días comenzó a masajear sobre mi bóxer suavemente, pero con firmeza. Hacía que mi pequeño amigo tomara la posición de firme. Bastaron unos pocos minutos para que ella montara sobre mí y yo pudiera terminar mi faena sin ningún impedimento; eso sí, rápido pero placentero.

No suelo involucrarme emocionalmente o de cualquier otro modo con ninguna de estas chicas, es solo sexo y nada más. Ninguna se me resistía, además de que las trato muy bien, todas como unas verdaderas princesas. A quienes con suerte volvería a ver otra vez más; si acaso, solo para rememorar nuestros encuentros anteriores. Las chicas siempre van y vienen, al final todas terminan cayendo y rogando por una noche más.

Aunque últimamente me sentía un poco frustrado, no es que causara la misma reacción en todas; pero en fin, más tarde o temprano terminaban aceptando mis propuestas. Pero había una que me estaba costando de más. Sara.

Ella es un espécimen raro; es una chica normal, sin ningún tipo de peculiaridad, nada fuera de lo común. Cabellos negros como azabache, ojos café, piel trigueña, unas pequeñas pecas casi imperceptibles y mal repartidas por su rostro. Ni siquiera usa maquillaje o al menos nunca la he visto usar.

No era un 90-60-90, pero ya la he visto semidesnuda y no está nada mal; aunque por lo visto se empeña en esconder sus curvas debajo de toda esa ropa ancha, que siempre viste. A pesar de todo esto, me molestaba el hecho de que siendo una universitaria veinteañera estándar, no se cortaba un pelo cuando trataba de provocarla o retarla.

Tengo que admitir que me siento un tanto orgulloso de mi logro semanas atrás, cuando me robó un beso. Debe ser que mis métodos y dedicación están comenzando a dar frutos. No pararé hasta que logre tenerla en mi cama rogando por más. Si pierdo la apuesta quedaría como el hazmerreír entre los chicos y no permitiré que eso suceda. Ella sería la primera que se me resistiera tanto, pero también la última, de eso estoy seguro.

Ni cuenta me dí cuando la rubia de exuberante trasero abandonó la habitación y me dejó solo con mi guerra interna. Busqué mi móvil y lo encontré en el suelo. Tenía varios mensajes, pero dentro de todos ellos me llamo la atención uno solo. Remitente: esa persona que me estaba frustrando mi carrera como fuckboy de primera.

Sara:

Dile a tu noviecita que se vaya a duchar a su casa. Hay personas que sí tenemos que ir a la universidad.

No puede evitar soltar una carcajada mientras me apresuraba a colocarme mis pantalones y una playera. Me detuve antes de salir de la habitación y se podía escuchar perfectamente como Sara golpeteaba la puerta del baño con desesperación.

Era inevitable que esta situación no me causara gracia. Al abrir la puerta me la encontré delante del baño con un albornoz de felpa y el pelo empapado con restos de espuma en la parte superior. Era digno de presenciar, no hacía falta mucha imaginación para ver como casi salían chispas de sus oídos. Estaba realmente molesta. Me gusta cuando enarca una ceja y cruza sus brazos toda enfadada, de alguna manera la hacía ver de lo más graciosa; y en esta situación aún más.

Seven nights with you | jjk + ksj Donde viven las historias. Descúbrelo ahora