𝗘𝗿𝗮𝘀 𝗧𝘂́ ⟨⟨ Y al final siempre supe que...Eras tú.
Ella es alguien más en el mundo con una vida bastante común, como la de cualquier adolescente universitario. Todo le iba bien hasta que un día inesperado su vida da un cambio dramát...
Entre las sombras del Reino White, donde el castillo se encontraba ya desmoronandode a pedazos, entraba furiosa una mujer desgastada y vieja. Su rabia crecía al enterarse de la noticia de que un par de zapatos rojos, habían sido robados.
Llena de fuerza y enojo camino hasta su tronó encontrándose con su espejo mágico, sin titubeos ni murmuros se acercó a el y preguntó furiosa lo que siempre hacía, solo para descubrir quien había sido la real ladrona de sus zapatos.
— Espejo mágico, fuente de conocimiento — Hablo aquella mujer desgastada ya por la vejez. — Dime de una vez ¿¡Quién es la mujer más hermosa del reino?! — Dijo enfurecida señalando al objeto mágico mientras lo observaba.
El espejo mostro su rostro con seriedad dispuesto a contestar.
— Esa no eres tú — Respondió el espejo entre risas.
La mujer gruño, y el joven que se encontraba al fondo solo se limitó a soltar un suspiro como si estuviera acostumbrado.
— Oh vamos Vicent ríete. — animo el espejo.
El albino also sus cejas sentado al fondo junto a tres pequeños osos de madera, el joven alzó una ceja, con una de su manos sobre una de sus mejillas y miraba a Regina y al espejo con aburrimiento.
— Dejate de juegos y ¡muestrame! — ordenó irritada la mujer.
El espejo, rápidamente cambió la imagen de su reflejo y mostró la figura de la bella joven que hace un par de horas había huido con el par de zapatos.
— Es aquella que porta los zapatos rojos— Dijo con seriedad el espejo. —Y por si acaso, conocimiento y reino, no riman— Corrigió con obviedad, lo cual llegó a molestar a Regina.
—¡No seas impertinente! ¡Y dime de una vez su nombre! — Ordenó Regina
— Ja ¿Cómo podría saberlo? No salgo mucho.
— No te hagas el chistoso. — amenazó — Y dime de una vez ¿Por qué la hija de Andrew y Karla no es la más hemosa con ella y conmigo si?
— En cuanto a esa pregunta, aquella rubia no es la más hermosa porque lo es la que porta los zapatos, obviamente
— Ve al grano — Demandó la mujer
— Bien, pues al ser ella más joven la magia de los zapatos actúa con mayor intensidad en ella, con tan solo verla cualquiera quedará cegado y encantado con su belleza, es como un hechizo.
