Dicen que el primer amor nunca se olvida, el primer amor es un sentimiento incomparable. pero hasta el más enamorado se cansa. Sin embargo, se abre una nueva etapa, y se forma una amistad con una aparición que cumple deseos, junto con la llegada de...
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T/n Hayashi.
Me desperté en un lugar, en... ¿Donde estoy? En todos lados hay escaleras y varías cosas en montón. El ambiente se siente muy raro y parece que sea de noche.
- ¿Me morí? - miro a todos lados intentando comprender lo que sucedió.
- por ahora no - escucho una voz pero no logro descubrir de donde proviene.
Me volví loca.
Me apoyó de mis piernas para ponerme de pie.
- pareces una buena chica - de nuevo la voz misteriosa hace ruido en el lugar - ¿Quieres ayudarme? - siento como se apoyan de mi hombro, cierro los ojos con fuerza para tomar valor, de un brinco me alejo un poco. - no grites.
Respiró un poco para tomar fuerzas de donde sea, abro los ojos para ver a una linda mujer con Yukata.
- ¡Ah! ¡Hola! - digo sonriente olvidando que hace un momento estaba congelada del miedo.
La mujer se queda un momento en silenció analizando cada parte de mi, sus ojos recorren todo mi cuerpo a lo que me siento incómoda.
- Eh... ¿Pasa algo? ¿Donde estoy? ¿Quién eres tu? ¿Que quieres de mí? ¿Donde estoy?- digo confundida intentando entender lo que sucede.
- esa pregunta ya la habías hecho - comenta la mujer ignorando todas las anteriores.
- ¡Solo contéstame! - le apuntó con mi dedo, gritándole desesperada insistiendo por una explicación.
- me presento, soy Misaki la segunda maravilla de la escuela Kamome - se presenta de una manera muy elegante. Genial lo que me faltaba, otra aparición.
Espera, dijo Misaki.
Ahora que recuerdo Mika me había hablado de un rumor de una tal Misaki de las escaleras. Recordando bien el rumor, siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo.
Algo me dice que ya estoy muerta.
- como puedes ver, por todos lados hay varios cacharros por el lugar - miro a mi alrededor y tiene razón, parece mi habitación - son cosas que los humanos dejan al entrar en mi frontera - me explica la mujer linda. - te dejaré vivir si me ayudas a organizar todo el lugar.
Ya salió el peine, salió igual que el fantasma pervertido. Me rehusó a limpiar, me niego.
- no - niego, giro mi cabeza a ambos lados.
- en ese caso - unas tijeras gigantes aparecen atrás de ella.
- por eso digo que limpiare todo este basurero - aceptó, no me queda de otra.
