URIAH APOLO
No recuerdo un tiempo sin Andréi.
Es mayor que yo por unos cuantos meses. El primogénito de nuestra familia y que tuvo la oportunidad de pedir el título de líder del clan pero decidió pasarlo no por la tradición, sino porque creyó en mí. Siempre entrenando como mi mano derecha en lugar de como el líder. Siempre detrás de mí para asegurarse de que no me metiera en problemas. Siempre caminando al menos un paso detrás de mí, pero dejándome verlo para saber que no estaba solo.
Mi madre estaba embarazada cuando falleció. Ella iba a tener un niño y recuerdo que estaba tan ansioso, tan emocionado por su llegada porque quería a alguien con quien también realizar los mismos juegos, las mismas aventuras.
Sin embargo, ahora sé que siempre tuve un hermano.
Andréi es más que un primo. Él es mi mano derecha, mi compañero de ala, el cómplice detrás de cada crimen y de cada aventura ilegal en la que él me seguía solo porque confiaba en mis palabras. Mi verdadero mejor amigo.
Un hermano.
Sé que es muy difícil para él saber que la mitad de su vida es algo desconocido. La mitad de él es un lado que nunca imaginó y que no quiere vivir, mucho menos experimentar. Aunque el caos dentro de la casa es gigantesco y abrumador, sé que todos quieren lo mejor para él.
Pero ellos no pueden tomar esa decisión, ni yo los dejaré.
Andréi está sentado debajo de uno de los árboles del jardín. Logan lo dejó solo hace unos minutos y regresó con una expresión sombría en su rostro. Sus ojos se dispararon hacia mí y rápidamente entendí el significado de dicha mirada.
Sin decir mucho, me siento junto a él en el roble y empiezo a mirar alrededor del jardín. El agua corre por la fuente y las rosas ahora están floreciendo, dejando escapar un agradable olor.
Muevo el rostro para encarar la mirada perdida de mi primo mayor. No entiendo mucho cómo acercarme a las personas en medio de sus momentos de conmoción, pero sé bien la manera en que Thalía suele consolarme cuando estoy igual de conmocionado con lo que sea que sale mal.
Con cuidado, pongo mi mano sobre su rodilla.
—Andréi.
—En este momento no quiero que nadie me diga algo, Uriah —murmura. Contornea el rostro todo lo que puede hasta la izquierda, haciendo que mis ojos se queden con la imagen de su cabellera azabache —. No quiero escuchar nada.
—Está bien, entiendo totalmente que no tienes ganas de hablar en este momento. Pero Andréi, soy tu familia.
—La mitad de mi familia —me corrige agrio.
Ladro ante el comentario. Suspira, como si supiera el significado del sonido de mis labios. Sus ojos se vuelven hacia los míos y le doy un suave apretón en la rodilla, donde pone su mano sobre la mía.
—Soy tu familia —le corrijo —. Ni la mitad, ni un cuarto. Toda tu familia. No existe la mitad.
—¿Y los hermanastros? ¿Medio hermanos?
—Nadie llama así a sus medio hermanos. Siguen siendo sus hermanos. Nadie dice "oye, este es Pedro, mi medio hermano." —Se ríe del acento que hago con la punta de la lengua. Me inclino hacia él —. Y definitivamente no voy a decir que eres la mitad de mi familia porque esa mierda no existe. Al menos no en nuestra familia.
Entonces deja de reír, dejando que el silencio se apodere del jardín. El sonido de los pájaros batiendo sus alas se escucha gracias al viento y las hojas que vuelan. La noche se ha vuelto profusa y el hambre que tenía hace unos minutos antes de la llegada de Jacqueline ha desaparecido.

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No Serpientes, No Veneno
RomanceLos Smirnov siempre han sido el clan rebelde. Desde tatuarse en la mano del diablo hasta causar revoluciones, siempre encuentran la manera de arrastrarse como el animal que los representa para acabar con quiénes amenazan a quiénes ellos aman. Alek...