ADVERTENCIA: POSIBLE ESCENA SENSIBLE PARA ALGUNOS, LO CALIFICARE COMO CAPITULO +15
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Cuando Alessandra aparcó en la bodega bajo inmediatamente de la camioneta dejándola a solas con su hermano.
Artemisa tenía el corazón acelerado y aunque quería correr y saber el estado de una de sus amigas no podía, no cuando tenía miedo por lo que fuera a encontrar y su hermano tuviera la presión en sus manos.
—Confía en mí —le dijo Apolo acercándose a ella— Puedo hacerlo, algo me dice que puedo.
La pelinegra solo asintió, pero no miro a su hermano mientras lo hacía.
—Solo... Ten cuidado —le pidió y Apolo asintió—Vayamos — dijo bajando del auto rogando no arrepentirse de las decisiones que estaba tomando.
Escucho a Apolo hacer lo mismo y lo guio dentro de la bodega.
Casi todas chicas estaban ahí y a Artemisa casi se le parte el corazón al ver a Celine.
La chica estaba tirada en la cama con el sudor recorriendo su rostro que estaba demasiado pálido, los quejidos que salían de su boca apenas eran audibles y si no fuera por las muecas en su rostro Artemisa no podría saber cuánto estaba sufriendo en realidad.
—Ayúdala —pidió Alessandra a Apolo mientras tomaba la mano de la chica.
Apolo se acercó a ella y la miro unos segundos sin decir nada antes de sentarla de golpe.
—Traigan un balde —ordenó su gemelo y una de las chicas hizo lo que pidió rápidamente— Necesito que alguien le sostenga por la espalda y otra que levante su cabeza —dijo y Agatha, otra de las chicas, se acercó a ayudar.
Apolo abrió la boca de la chica y le metió un par de dos obligándola a vomitar, pero después de tres intentos no lo lograba asustando a todos.
Celine cada vez parecía desvanecerse más.
—No te rindas —gruñó su hermano— No te rindas y vomita.
La tensión era palpable en el lugar y la desesperanza estaba por gobernarlas a todas. Artemisa lo podía sentir en cada fibra de sus huesos, podía sentir como sus amigas se resignaban al final del Celine, un final que ella también podía sentir acercándose.
Alessandra miró a la pelinegra con desesperación como si esperara que ella pudiera hacer algo.
No dudes de ti, Artemisa. Puede que no entiendas muchas cosas, pero ten por seguro que tienes las respuestas que buscas y sabrás hacer lo que se necesita. Las palabras de Athenea llegaron a ella.
No pienses, solo hazlo se dijo acercándose a Celine y tomando una de sus manos.
— Vamos, peque, no te rindas. No puedes rendirte, no cuando hay miles de personas que te queremos aquí —le dijo— ¿Recuerdas la vez que llegué a la bodega y que por accidente rompí una de tus manualidades? El ciervo de vidrio que habías hecho era realmente hermoso. Yo sí llegué a verlo —confesó la pelinegra— Aquel día no te lo dije porque ambas estábamos asustadas, tú por no lograr guardar el ciervo a tiempo y yo por romperlo.
Soltó una risa seca que mientras contenía las lágrimas en sus ojos.
—Hasta ahora no entiendo cómo fue que ambas nos asustamos, bueno, entiendo lo mío, pero tú no tenías nada que temer, peque —agregó apretando sus manos— Ya no tienes nada que temer, despierta y cumple tus sueños. Lucha cazadora —ordenó con la más gran convicción que tenía.
Por un momento Artemisa sintió que perdía a Celine y no importaba lo que hiciera o cuanto rogara la chica no regresaría con ellas; sin embargo, poco a poco empezó parpadear dándole esperanza.
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Artemisa [Olímpicos mortales #2]
Fantasy"¿Qué pasaría si los dioses griegos se convirtieran en simples mortales?" El despertar ha comenzado y el peligro esta latente en cada uno de ellos. Enemigos en la oscuridad que quieren regresar y cobrar venganza. ¿Podrán sobrevivir y completar su...