Amor tierno y cariñoso
Severus estaba horrorizado al ver el estado en el que se encontraba Harry, apenas había un poco de él ileso. El hematoma que más le llamó la atención era muy grave y se veía muy reciente, si alguno de esos idiotas se había atrevido a lastimarlo los mataría. Como sospechaba sus cicatrices estaban ahí, de hecho, se desvanecerían pronto. Se irían en un par de semanas por qué no iba a permitir que su sumiso caminara con ellas, ya era suficiente con las cicatrices mentales como para lidiar con las físicas constantemente.
No le extrañaba que Harry nunca hubiera intentado probar los límites de su relación, los otros dos sumisos que tuvo si lo hicieron; lo habían hecho exactamente para ver cuál sería el castigo. Sacudió su cabeza despejando sus pensamientos; no se trataba de ellos ahora, ni siquiera de él sino de Harry.
- ¿Cómo sucedieron estos moretones? -preguntó Severus mientras dejaba el bulto de cosas que traía en sus brazos en el lavabo.
Las pociones que había triado no eran exactamente para tratar moretones, necesitaba mejor un ungüento para poder deshacerse de ellos. Lo que había agarrado eran pociones para eliminar las cicatrices y para la nutrición; necesitaba algo para poder ayudar a Harry a ganar un poco de peso y le diera los nutrientes que le hacían falta.
- ¿Los moretones? Me caí por las escaleras principales del castillo y también una criatura de un aspecto un poco extraño me atacó, - respondió Harry honestamente, se dio cuenta que no podía ver muy bien como hacía unos minutos ¿Cómo podía ser posible que su capacidad de cambiar de forma también pudiera ayudar con su vista?
- ¿Criatura de aspecto extraño? ¿Puedes ser un poco más específico? -preguntó Severus seriamente.
-Tenía una cabeza enorme, un cuerpo pequeño, también manos, pies y orejas grandes y unos ojos redondos de color verde creo..., - dijo Harry.
-Ah, eso señor Potter es un elfo doméstico, - dijo Severus burlonamente, sin duda Dumbledore le había ordenado al elfo doméstico que se asegurara de que Harry no lograra salir de los terrenos de Hogwarts.
-Por favor, no me digas así, - dijo Harry mientras se estremecía y su voz sonaba triste.
Para Harry cuando le decían por su apellido; Potter, siempre era seguido por cualquier diferente clase de dolor y por esa misma razón estaba ansioso por dejarlo a un lado. Severus lo había conocido como Harrison Blake; ese era el nombre que usaba antes, sus otros Doms lo conocían por otros nombres, nunca usaba el mismo. Los nombres que usaba eran lo más similares a Harry como Harold, Heath o Harrison mientras tanto los apellidos siempre se le ocurrían de la nada.
-Es tu nombre Harry, tienes que acostumbrarte, - dijo Severus, - Ven conmigo. - volvió a decir Severus mientras salía del baño.
Harry lo siguió de cerca, Severus le hizo un gesto para que fuera a su dormitorio antes de entrar a su laboratorio a buscar el ungüento que necesitaba. Cuando lo encontró se dirigió a su dormitorio.
-Acuéstate en la cama, - ordenó Severus mientras abría el gran frasco que tenía en sus manos, lo dejo en su mesita de noche y notó que Harry se había acostado boca arriba, - Acuéstate sobre tu estómago Harry, necesito aplicar el ungüento para curar los moretones de tu espalda.
Harry inmediatamente se dio la vuelta, cerró los ojos y volteo su cara hacia el lado contrario de la habitación. El olor que desprendían las sábanas era el de Severus, nunca había podido identificar su olor, aunque de vez en cuando podía atisbar un poco de menta. Debía de tener algo que ver con pociones, pero el aroma que estaba oliendo ahora era sumamente apestoso. Harry inhaló hondo mientras Severus le aplicaba el ungüento en su espalda, colocándolo uniformemente sobre los moretones.
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Dispuesto
FantasyHarry Potter desapareció a los 9 años de edad y todo el mundo mágico lo estuvo buscando por siete años, ahora tiene diecisiete años cuando al fin lo hallan pero todos se sorprenden al ver qué Harry no quiere hacer lo que le piden. Resulta que Harry...