Capítulo 4

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Aclaración

Harry no pudo evitar querer retorcerse al escuchar su voz de nuevo, lo había extrañado más de lo que nadie se pudiera imaginar. Fue su voz lo que lo atrajo la primera vez, era una voz que podía sonar entre cariñosa, seductoramente sexy y a la vez viciosa cuando necesitaba serlo. Severus podría no ser el hombre más guapo del mundo, pero no por eso carecía de atractivo, él era para Harry un hombre clásicamente guapo y nunca se había atrevido a decírselo. Severus reaccionaba a los elogios como Harry reaccionaba al abuso de los Dursley, es decir no muy bien.

Así que tenía razón, Severus había estado trabajando para el viejo tonto todo este tiempo, ¿había sabido Severus quien era él todo ese tiempo en el que habían estado juntos? Le dolía el solo pensarlo, pero desafortunadamente así era su naturaleza desconfiada; no podía evitar que saliera a la luz. Su primer instinto fue arrodillarse como debía de ser ante su "amo" Severus, ahora ya no estaba tan seguro de que hacer una parte de él quería levantarse, desafiarlo y mostrarle su disgusto y enojo como se los había demostrado a los demás. Después de todo Severus era también uno de los que lo mantenían aquí en contra de su voluntad. Hace unos momentos se sentía libre de sus turbulentas emociones, pero ahora estaban de regreso con unas ganas de sed de venganza. Sin embargo, su exigencia por saber porque se comportaba como si fuera uno de sus sumisos le hizo darse cuenta... tal vez, solo tal vez, él no lo sabía.

-No me gusta repetir las cosas, - advirtió Severus en voz baja y con un tono peligroso, mientras le hablaba directamente en su oído antes de pararse enfrente de él y levantarle hábilmente la barbilla con su mano queriendo ver sus hermosos ojos verdes.

Podía ver como Harry tenía una batalla con sus pensamientos sin tener siquiera que entrar en su mente, pero primero tenía que saber cómo diablos lo conocía. A pesar de que tenía el presentimiento de que cuando le aclarara las cosas no le iba a gustar para nada. Harry apenas acababa de cumplir los diecisiete años y Severus no había vuelto a tener un sumiso en un año más o menos, de cualquier manera, si él había sido uno de sus sumisos también debió de haber sido menor de edad lo suficientemente joven para ser uno de sus alumnos.

Harry conocía ese tono de voz, significaba que Severus estaba extremadamente enojado y lo estaba señalando. Solo había estado en el extremo receptor una vez y fue cuando se puso en peligro, también recordaba el castigo que tuvo por eso y no quería que volviera a repetirse. Aunque técnicamente ya no era su Dom y él su sumiso, no creía que a Severus le importara mucho en este momento los tecnicismos.

Sus ojos verdes se encontraron con sus ojos negros lo estaban analizando queriendo encontrar respuestas, no estaba tan enojado como sonaba su voz. Contuvo la respiración mientras mantenía el contacto visual con Severus y comenzó a cambiar.

Los ojos de Severus se abrieron con gran sorpresa y su corazón empezó a latir muy rápido, mientras veía como Harry comenzaba a cambiar. ¡Era un metamorfomago! ¡Era como Tonks! ¿Por qué no se había transformado en uno de ellos o en alguien más para poder escapar de aquí? Vio como su cabello se oscurecía y se alargaba, sus rasgos se hacían más pronunciados, sus ojos cambiaban de color a uno de un azul océano profundo y envejecía cuatro años en un segundo. Su cuerpo se volvió más voluminoso; no tan voluminoso, pero sí se notaba la diferencia debido a lo delgado que estaba.

Cerró los ojos; quince años, Harry tenía quince años y si lo hubiera conocido antes del 31 de Julio hubiera tenido catorce por un tiempo lo que lo hacía intolerable. Nunca se hubiera dado cuenta del hecho de que era menor de edad, se quedó sin palabras, no era capaz de decir nada mientras sólo su boca se abría y se cerraba.

Harry vio cada emoción que pasaba por el rostro de Severus antes de que cerrara sus ojos ocultando por completo el cómo se sentía. Harry tragó saliva estaba tenso y cauteloso, lo había visto rechazar a alguien menor de edad sin tan solo pensarlo, así que había envejecido un poco antes de acercarse a él. Le había dicho que tenía dieciocho años; había mentido y sabía que Severus odiaba las mentiras, sinceramente no esperaba que lo escogería como su sumiso. Cuando sucedió no pudo admitir la verdad, solo porque sabía que Severus lo rechazaría, se convirtió en un círculo vicioso uno el cual se negaba a detener.

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