Capítulo 32

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Interrupciones

Harry amaba cada sonido que podía provocar de su Dom. Siempre le pareció tan severo, estoico e intocable, pero sabía que no lo era y por eso era lo que más le afectaba en esos momentos. Nada lo excitaba más que escuchar los gemidos de Sev cuando este se perdía en el placer y no pudo evitar retorcerse un poco.

Él conocía una parte especialmente sensible en el cuello de su Dom a la cual le gustaba mordisquear, para luego sentir como surgía ese gutural gemido. Con los dedos un poco ocupados trataba de desabrochar todos y cada uno de los botones que tenía la túnica de su Sev e internamente él se alegraba de aún no tener que usar una.

- ¿Cuántas capas tienes? -refunfuñó Harry cuando se encontró con otra capa después de haber logrado desabrochar todos los botones.

Severus se rio entre dientes aun falto de aliento, esta era la primera vez desde hace muchos años que estaba con su pequeño con ropa de mago. En el pasado siempre estaba con él usando ropa muggle, ya que bueno... creía que era un muggle. Aunque si lo pensaba nunca había habido ningún indicio de que su lindo ángel fuera un mago, nunca hubo magia accidental y estaba seguro de que pudo haber visto a través de los hechizos que había colocado en su biblioteca. Después de todo, si tu amante estuviera leyendo un libro sobre pociones dirías algo, ¿no? Pues simplemente no, su pequeño habría actuado como si el libro hubiera sido lo que decía que era.

Harry se dio por vencido al tratar de quitarle la túnica a su Sev, simplemente era imposible, era casi como si la maldita túnica estuviera pegada a su cuerpo. En lugar de eso, continuó mordisqueando y besando la garganta de su Dom mientras sentía como los dedos de él acariciaban su espalda provocando que se le pusiera la piel de gallina.

Los hábiles dedos de Severus quitaron la capa de su pequeño y luego la camiseta antes de que su boca se fijará en su nuez de Adán. No pudo evitar pellizcar juguetonamente los pezones de su pequeño travieso haciéndolo gemir, para luego juntar sus frentes y sentir mejor el placer del otro. Los ojos verdes se encontraron con los ojos negros, mientras intentaban calmarse no queriendo terminar tan pronto a pesar de los asuntos pendientes que aún tenían. Por Salazar Slytherin necesitaba a su lindo ángel más que cualquier otra cosa en este mundo.

-Arriba -dijo Severus esperando a que su pequeño se levantara de su regazo antes de llevarlo con urgencia a su dormitorio.

Por Merlín, ya no era más un adolescente, pero ciertamente no quería intentar follarse a su lindo ángel en el sofá. Lo cual, por experiencia propia era extremadamente incómodo.

-Desnúdate lentamente -dijo Severus mientras se sentaba en la silla que tenía en la esquina de su dormitorio.

Sacó su varita y la agitó hacia la chimenea para encender un fuego, calentando de inmediato la habitación para mantener a su pequeño calientito. Sus ojos negros brillaban con pasión y anticipación mientras los ojos verdes de Harry se iluminaban más con el fuego. Cuando ambos asumieron sus roles, este sintió todo más profundamente como si le excitara aún más que le dijeran qué hacer.

-Sí, señor -dijo Harry casi sin aliento, sin ningún indicio de timidez o sonrojo en su rostro.

Después de todo lo que habían hecho juntos, esto no era lo más erótico. No, su Dom realmente había hecho que él se sintiera cómodo en su propio cuerpo a lo largo de los años.

Severus observó a su hermoso sumiso desnudarse ante él, sus ojos negros observaron cómo se movían sus manos provocando que se endureciera aún más ante la sensual exhibición. Por Morgana, se sentía muy afortunado y estaba seguro de eso con solo ver a su pequeño ángel así. Además, se sentía muy posesivo ya que nadie más lo vería si él tuviera algo que decir al respecto. Lo cual ya lo hacía, pensó sin poder evitar mirar el collar en el cuello de su lindo travieso y lo único que vestía por el momento.

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