Capítulo 23

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Las travesuras del trío del terror

Snape hizo una pausa a mitad de su explicación, algo que no ocurría a menudo. Normalmente nadie se atrevía a interrumpir su clase, no tenían las suficientes agallas para hacerlo. No obstante, si llegaba a suceder era un profesor. Por otro lado, si era un estudiante estaba destinado a recibir sus comentarios cortantes.

Los estudiantes inmediatamente estiraron el cuello con curiosidad; eran apenas de primer año, aún no sabían lo raro que era que alguien se aventurara en el territorio del murciélago de las mazmorras. Sin embargo, pronto lo sabrían y tampoco les tomaría mucho tiempo odiar a su profesor de pociones.

Susurrándose el uno al otro con curiosidad, preguntándose porque nadie había entrado todavía. ¿Alguien había llamado a la puerta y salió huyendo? Su profesor estaría muy molesto si eso es lo que sucedió. ¿Llegarían a encontrar su cabeza dentro de los frascos encurtidos y conservados? ¿Verían la cabeza flotando en un frasco la próxima clase? Si, estaban muy seguros de que el profesor Snape asesinaría a quienquiera que fuera.

- ¡Silencio! -siseó Snape haciendo que efectivamente la clase se callara.

Aunque la curiosidad aún seguía palpable en toda el aula y más del lado de los Gryffindors. La mayoría de sus Slytherins ya habían recibido claramente la advertencia, a ellos no les gustaba perder puntos, ya perdían bastantes con otros profesores. Y si perdías puntos injustificadamente recibías un horrible castigo por ello, Draco Malfoy aprendió la lección a las malas. Al parecer su actitud había hecho que a los profesores de Hogwarts no le agradara mucho.

- ¡Entre! -dijo Snape fríamente.

-Hola señor, solo necesito hacer algo en su oficina -dijo Fred asintiendo con la cabeza al entrar al salón de clases, seguido como siempre de su sombra perpetua George Weasley su hermano gemelo.

Su andar confiado y seguro de sí mismos incluso había sido así cuando eran estudiantes. Por alguna razón, en realidad no habían tenido nunca miedo de Snape.

-Entonces, con su permiso -dijo George interviniendo antes de que su gemelo dijera algo más.

Snape entrecerró los ojos hacia ellos, por Morgana ese par podría volver loco hasta a un santo. No obstante, a su pequeño le agradaban y él realmente necesitaba amigos cercanos a su edad. Es posible que no puedan entenderlo por completo, sin embargo, eran más aceptables que Draco Malfoy o incluso su hermano Ronald Weasley.

Él podía lidiar con ellos si su ángel los quería allí que así fuera. Podía sentir la curiosidad de Harry a través del vínculo, pero se abstuvo de sonreír. Eso sí armaría un gran alboroto por todo Hogwarts.

-Está bien -dijo Snape entre dientes luciendo furioso, pero si uno se fijaba muy bien se podrían dar cuenta de que sus ojos carecían del habitual desdén dentro de ellos.

-Gracias, señor -dijeron Fred y George al unísono mientras cerraban la puerta de la oficina de este detrás de ellos.

Cuando estuvieron solos en la oficina Fred lanzó un hechizo silenciador para que nadie pudiera escuchar nada de lo que decían. Habían estado pensando en todo durante un tiempo y sinceramente lamentaban lo que habían hecho. Les hizo darse cuenta de que debían pensar antes de hablar, especialmente sobre la vida personal de alguien. Harry les agradaba mucho y querían conocerlo mejor, se sentían atraídos por él por alguna extraña razón.

Harry se encontraba sentado en el escritorio de Severus con un libro de trabajo abierto sobre la mesa. Un lápiz muggle en la mano, cuando los gemelos lo vieron no pudieron pensar en que su padre tenía uno pequeño en su cobertizo. Según los hechizos de escaneo estaba conformado por grafito el cual les ayudaba a los muggles a escribir. Tenían que admitir que la idea era buena, al menos no llegabas a salpicarte de tinta por todas partes.

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